LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 04/04/2017

INDIRA, LA INGRATA

El día de hoy retomaré un tema que en la pasada justa electoral, es decir, el jueves 11 de febrero del 2016 inundó las redes sociales. En ese entonces, la ex candidata del PRD a la gubernatura, Martha Zepeda del Toro acusó de traición a su compañera de partido, Indira Vizcaíno Silva, por haber boicoteado su candidatura para beneficiar al PRI en las pasadas elecciones.

Una carta no sólo de la compañera de partido, de la amiga, de la confidente y es que debemos de reconocer que en ese entonces todos estábamos sometidos al encantamiento de la imagen que vendía Indira en nuestras miradas y hay quienes la compraron a un precio muy alto. Debo admitir que me equivoqué al creer que Indira Vizcaíno encarnaba un papel digno de la mujer en los espacios de participación política.

Si por algo hemos trascendido en un mundo que era diseñado para hombres, es precisamente porque a la mujer se le considera más honesta, más sensible al gobernar, más recta al dirigir sus pasos como funcionaria y sobre todo, cuando se es madre se comprende que se hace el trabajo para beneficio de las multitudes no sólo de algunos. El coqueteo de Indira hoy me lleva a destapar la caja de pandora que alberga varios capítulos en los que se cuestiona su lealtad, compromiso y cabalidad para cumplir encomiendas y acuerdos. Hoy puedo ver a una Indira ingrata y falta de ética que despotrica en contra del gobernante que sin importar su filiación partidista le dio la oportunidad de pertenecer a un equipo en donde estaba muy cercana a las causas sociales.  A continuación publicaré parte de los fragmentos de la carta a Indira escrita por Martha Zepeda del Toro:

“Carta a Indira…  No tengo duda alguna de que tu designación como secretaria obedece más a un pago de favores que a una pluralidad política.

Desde la campaña ordinaria fue claro para todos quienes fuimos candidatos, que tus intereses personales estaban muy por encima del compromiso con los tuyos y tu partido. No fueron pocas las voces que señalaron que habías pactado tu candidatura con el PRI, no quise creer, pero fueron tus acciones, una a una, las que evidenciaron tu despropósito.

Me abandonaste en la campaña, no solo a mí, me queda claro, pero ambas nos debíamos una doble lealtad, ¡La ideología por la que luchamos y la amistad! En definitiva, ser leal no está de moda. ¡Me queda claro! pero no hay neutralidad en la opción de ser o no serlo. No hay disculpa para la perversión de una virtud prostituida y burlada en honor de la conveniencia.

En la campaña extraordinaria fuiste la principal opositara a la posibilidad de que fuera designada candidata. No solo fueron descomunales tus esfuerzos para conseguirlo, hiciste gala de tus grandes cualidades como operadora política y cuando te faltaron los argumentos llegaste al extremo del berrinche y del chantaje, al poner sobre la mesa tu renuncia al partido antes que aceptar la posibilidad de que fuera Yo designada candidata. Sobra decir que el precandidato que apoyaste fue precisamente aquel personaje exhibido en redes sociales saliendo de una bodega del PRI con bolsas en las manos. Sobra decir también que, con la misma vehemencia con la que te opusiste a mi candidatura, lo hiciste para truncar la posible alianza con el PAN.

Desde luego que para entonces nada era sorpresivo, todos sabíamos que penosamente te habías convertido ya, en la operadora de Rogelio Rueda y el PRI.

Luego ya en campaña, juraste lealtad y compromiso hacia el partido, obviamente no me puedo excusar de ingenua, siempre supe tus intenciones, pero respete la línea marcada desde el CEN, de ser incluyente de los liderazgos del partido y así los hice, fuiste parte de todo aquello en lo que te quisiste involucrar, pero evidentemente no tardaron en venir los berrinches, malos modos, boicots y hasta el hecho consumado de que nuestra estructura electoral, la que tú impusiste, terminó sumando votos al candidato del PRI.

Desde luego que esta “carta” no solo cumple con el propósito de anunciarte que no eres digna de mi amistad, ni de mi saludo y menos aún de mi deferencia. En los sucesivo mis únicos esfuerzos que involucraran a tu persona serán discretos, institucionales y con el único propósito de procesar ante las instancias del partido, tu expulsión.

Expulsión que además aclaro, no es un tema personal y menos aún sentimental. Puedo perfectamente ignorar, perdonar y dar vuelta a la página a todo lo ocurrido, esto en el ánimo personal. Sin embargo, clara estoy que tu decisión daña y lacera severamente al partido en imagen y credibilidad, pero mayor será el agravio, si lo exponemos al riesgo y tentación de que tú y tus aliados lo intenten convertir en un partido satélite más del PRI.

La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura. Vicente Espinel.   Firma Martha Zepeda, ex candidata a gobernadora por el PRD”.

Cuántas cartas más Indira?, cuántos escándalos más?, pero sobre todo, cuánta ingratitud se espera de tu parte para que de una buena vez, de un golpazo, termines por decepcionarnos a quienes creímos alguna vez en ti. Recuerdo que cuando tomaste protesta lo hiciste con la mano izquierda y de vestido rojo, en ese tiempo agradecías al gobernador la oportunidad que se te había dado para dirigir la Sedescol. Pero tu ambición fue más grande que tu proyección y dejaste camino por vereda, hoy tienes que regresar a un partido que no te quiere para usarlo de trampolín, porque sabes que ese partido, de acuerdo a los datos de las encuestas, tiene posibilidades de ganar la elección del 2018. La conveniencia por encima de la ideología, de la ética y de los principios.