BITÁCORA REPORTERIL

CÉSAR BARRERA VÁZQUEZ | Opinión | 14/03/2017

EL NUEVO MODELO EDUCATIVO, LOS RETOS 

Tras 58 años sin modificaciones, el gobierno de Enrique Peña Nieto presentó el nuevo modelo educativo, el cual consiste en cinco ejes fundamentales. Primero: que los estudiantes aprendan a aprender, en lugar de memorizar; segundo, que la escuela sea el centro del sistema educativo, fortaleciendo su capacidad de gestión; tercero, que se garantice la inclusión y la equidad para cerrar brechas de desigualdad y terminar con la discriminación por edad, género, origen social, región, condición económica o discapacidades.

El cuarto eje es el empoderamiento de todos los actores involucrados en la educación, en particular a los padres de familia, quienes son pieza clave en la educación y tienen un papel complementario en el proceso formativo de sus hijos. Por último, el quinto eje se relaciona con fortalecer la formación y el desarrollo profesional docente.

Este último eje es toral, imprescindible para alcanzar una educación de mayor calidad. De hecho, la parte más difícil de la Reforma Educativa –y que algunos consideraban irrealizable—fue la evaluación docente, tanto en su parte correspondiente al ingreso del servicio, la promoción y la permanencia; todo esto, con el objetivo de asegurar la idoneidad del docente y que sólo los mejores maestros dieran clases.

En ese sentido, el logro principal de la Reforma Educativa fue regresarle la rectoría de la educación al gobierno, pues en algunas entidades –Oaxaca, Guerrero y Chiapas—la nómina y las plazas docentes eran controladas por grupos extremistas del magisterio, como la CNTE y la CETEG, cuyas manifestaciones y estrategias de protesta lindan con actos de violencia y vandalismo: así intimidan al gobierno y aplicaban su “ley” a la fuerza.

Por fortuna, la reforma educativa se mantuvo avante, en especial la parte de la evaluación docente, la cual debe ser comprendida como un proceso de perfeccionamiento de la práctica educativa. Además, gracias al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), las diferentes etapas de evaluación mejoraron y cada vez se ciñen más al contexto del aula, una de las principales demandas del magisterio.

Por otro lado, se acabó con el mito de que la reforma educativa privatizaría la educación y sería el mecanismo para despedir a todos los docentes de México y acabar, así, con el sindicalismo magisterial. Le hechos demostraron lo contrario, pues los únicos docentes cesados fueron los que se negaron a evaluar o los que de plano no acuden a la escuela para participar en movilizaciones. Hace dos años se expuso en este espacio que la reforma educativa es la más importante que impulsa el gobierno de Peña Nieto; hoy se refrenda lo dicho.

DOS PUNTOS

El nuevo modelo educativo no termina en su presentación: la autoridad educativa debe dar el acompañamiento pertinente para que los docentes cumplan con las exigencias de ese nuevo planteamiento pedagógico. Se requiere, principalmente, una estrategia transversal, que comprenda la capacitación de los docentes en servicio, pero también a las nuevas generaciones de maestros que se forman en las escuelas normales del país. Si los maestros lo aplican, el nuevo modelo educativo será un éxito.