LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 08/03/2017

¿CELEBRAMOS EL DÍA DE LA MUJER?

El día de hoy el mundo estará inundado de mujeres que con una sonrisa celebran su día. Haciendo una profunda reflexión acerca del tema en automático me hago una pregunta, ¿tenemos algo qué celebrar?

Sabemos que la Organización de las Naciones Unidas impulsó el día naranja es decir, el Día contra la Violencia de Mujeres y Niñas que se celebra el 25 de noviembre, y esta celebración no creo que haya durado más que un par de horas, porque si nos vamos a la cruda realidad, la mujer es el ser humano más violentado sobre la tierra.

Hemos aprendido a lo largo de nuestra vida que el machismo lo genera una mujer en el seno familiar, hemos aprendido también que no solamente los golpes y los insultos son mecanismos de violencia, el hombre ha perfeccionado sus estrategias y ahora tenemos las modalidades de violencia psicológica, doméstica, económica y la que se comete desde tiempos remotos, la violencia sexual.

No somos dueñas de nuestro cuerpo al permitir que otras mujeres decidan sobre nuestros vientres al momento de elegir ser madre. Una verdadera mujer jamás estará a favor del aborto, porque la vida es el don más divino que nos hace diferentes a los hombres; el poder dar vida ha sido el sueño más grande de toda mujer infértil.

No somos dueñas de nuestro cuerpo, sino de los estereotipos que nos han marcado como tendencias de moda y se preguntará usted por qué afirmo esta idea. Durante el renacimiento, los cuerpos de las mujeres eran de siluetas naturales incluso robustas, llenitas, eran armoniosas, nadie se preocupaba por estar sometida a una dieta de lechuga con un vaso con agua. Nadie se preocupaba por un cuerpo con estrías o celulitis y lo mejor, en ese entonces nadie se teñía el pelo ni colocaba maquillaje sobre su rostro, ahora la competencia s ver quién tiene la mejor plasta sobre su cara, cuando la belleza de cada una de las mujeres es única e irrepetible, ahora los cuerpos son demasiado angostos, tan angostos que parecen cadáveres.

Los estereotipos actuales les llevan a las mujeres para competir en la talla cero a la tres, aunque eso signifique tener ojeras cadavéricas, pómulos vampirescos, secas de carnes como El Quijote y lo más increíble, en un escote bien sea por delante o por la espalda, puedes apreciar el esternón, las costillas y las vértebras que forman la columna. Esa violencia es la de moda, la que nos bombardea en la televisión, en las revistas de moda, en las revistas de chismes, en cualquier tipo de material impreso que nos dice que esos son los modelos perfectos, en el espectacular que están en la parada del camión o aquél que apreciamos al transitar por una vialidad. Eso es lo que somos ls mujeres.

El peor enemigo que puede tener una mujer es otra mujer. Y es muy común en la competitividad laboral y académica encontrarnos diversos ejemplos en donde las desacreditaciones más dolosas son propinadas por una mujer para otra mujer. ¿Cómo pretendemos que el hombre nos respete i somos incapaces de tolerarnos nosotras?, ¿Cómo esperamos tener un hombre fiel en casa mientras algunas mujeres no son capaces de respetar a la pareja de la que dicen que es su amiga?, ¿Cómo buscamos que se respete a una esposa que están al lado de su marido por dinero y no por amor?, ¿cómo queremos el respeto para las mujeres y para sus hijos si son utilizados como cheques al portador?

Hoy que es el Día de la Mujer, me lleva a hacer una profunda reflexión acerca de las circunstancias que rodean nuestras vidas y antes de celebrar que tenemos el derecho al voto e incursionar en un mundo político y empresarial, académico, artístico y militar, que fue diseñado para varones, debo estar primeramente convencida que soy la creación más importante que Dios puso sobre la tierra, todas las mujeres fuimos hechas de acuerdo a lo que dice la Biblia, de la costilla de Adán, es decir, nunca por encima de su cabeza pero tampoco nunca por debajo de su costado. Nacimos libres, nacimos para ser iguales, nacimos para tener las mismas oportunidades, nacimos para soñar y ver realizados esos sueños. Somos mujeres, en las que se inspiraron para crear el multifuncional. Somos mujeres, las que tenemos la rectitud de poner orden en el trabajo, las excelentes administradoras de los recursos públicos, y las que tenemos la capacidad de que cuando se llega a un cargo en la política, se legisla o se gobierna con la visión de la mujer, con el coraje de un hombre y con la protección de una madre.

Eso es la mujer, y hoy ocho de marzo, bendigo a todas las mujeres que al igual que yo saben que son la más hermosa creación de luz y hago un exhorto para ayudar a que se levanten aquéllas mujeres que viven presas en los laberintos de las diferentes modalidades de violencia. Pero también, hoy ocho de marzo, pido un réquiem por las que ya no están, por las que acaecieron en su lucha contra el cáncer y el sida, por las que dejaron de respirar como resultado de la violencia. Muchos e tiene que hacer para legislar a favor de la mujer, nunca en contra de ella. Pues atentar contra las mujeres es atentar contra el pilar más sólido de la familia.