LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 23/02/2017

¿QUÉ HAREMOS CON LOS MILLONES DE MEXICANOS DEPORTADOS?

México ya se está dando cuenta de que la pesadilla de las propuestas de Donald Trump se está haciendo realidad. En Estados Unidos hay una intensa y feroz campaña para que millones de los migrantes mexicanos sean deportados, y el panorama no es alentador.

Bajo las propuestas presentadas por Donald Trump, México podría recibir de regreso a millones de personas sin empleos disponibles para ellas; el país podría perder unos cuantos miles de millones de dólares de las remesas que envían a casa cada año; y algunos de los deportados desempleados podrían engrosar las filas de los cárteles del narcotráfico, lo que generaría mayor violenciaen varias regiones del pais.

Hace unos días, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, sopesó ese escenario. Al menos un millón de guerrerenses viven en Estados Unidos, muchos de ellos sin la documentación requerida, y el estado ya está bajo el asedio de la violencia del narcotráfico y la pobreza. Y el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta, en la visita que realizó a Los Angeles en donde se reunió con los colimenses radicados en aquélla zona, también mostró su profunda preocupación por las medidas adoptadas por Donald Trump.

Por supuesto, ningún estado del país está en condiciones para recibir a los casi once millones de migrantes que radican en Estados Unidos. Y a todos los gobiernos estatales les queda la impresión de que los migrantes han sido un sustento importante para mantener la economía, sobre todo, las de las personas que viven en las zonas rurales.

Los inmigrantes enviaron a México el año pasado más de 25 mil millones de dólares en remesas y los expertos afirman que la mayoría de ellas fueron para cubrir las necesidades más básicas de los mexicanos más pobres. Trump ya publicó la Orden Ejecutiva que de alguna manera incautaría los fondos de aquellos inmigrantes que no sean deportados para pagar por un muro fronterizo que desea construir.

México no puede cubrir 800 mil nuevos empleos para los jóvenes que cada año se integran a la fuerza laboral, mucho menos los casi once millones de empleos que se necesitarían para satisfacer las demandas de los migrantes que regresan. Si el tema de la deportación masiva de connacionales se cumple, México está en serios problemas. De dónde vamos a generar once millones de nuevos empleos? Es natural pensar que muchos de esos deportados se unirían a las filas de la delincuencia para  obtener el sustento que reclaman sus familias.

El presidente Enrique Peña Nieto anunció esta semana un programa de emergencia con el objetivo de alentar a las empresas a que contraten a los migrantes que regresan, sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de la clase política a todos nos queda la impresión de que esas medidas no son suficientes. Hay que decirlo como va, en este momento el país no tiene condiciones para recibir a los casi once millones de mexicanos que están en la mira del gobierno de Estados Unidos para ser deportados.

Hace unos días, el especialista en temas migratorios, Roberto Arenas, lanzó una frase que tenemos que valorar en su justa dimensión: "Esta gente, los del gobierno federal,  no tiene autoridad moral para decir que ahora a los connacionales los recibe con los brazos abiertos, son ellos los responsables de la expulsión por hambre de millones de mexicanos, los que se fueron a Estados Unidos se fueron porque en México nunca encontraron las oportunidades para darles lo necesario a sus familias”.

Donald Trump dijo el domingo pasado en una entrevista en el programa "60 Minutes" que "lo que vamos a hacer es atrapar a los criminales y a aquellos que tengan antecedentes penales, a los miembros de pandillas, a los narcotraficantes, a muchas de esas personas —entre dos o tres millones— y los sacaremos de nuestro país".

En el año  2012, el gobierno estadounidense calculó que aproximadamente 1.9 millones de inmigrantes eran criminales y podían ser sujetos a deportación. El Instituto de Políticas Migratorias, un grupo de expertos en Washington, estimó que unos 820 mil de ellos están sin permiso en Estados Unidos.

Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la Agencia Antidrogas estadounidense, dijo que al menos algunos de los deportados a México posiblemente se involucren en el negocio del narcotráfico, valiéndose de las conexiones que ya establecieron en el país del norte para incrementar la cantidad de heroína y otras drogas que cruzan la frontera. Indicó que incluso deportar únicamente a quienes cometieron delitos graves sería contraproducente al provocar más violencia en México y Centroamérica.

"Lo que va a suceder es que esos individuos van a volver a México y no van a tener trabajo, por lo que engrosarán las filas de los cárteles", dijo Vigil, quien agregó que "Eso generaría más violencia y secuestros en México y en esas áreas (de Centroamérica), lo que provocaría un tsunami de inmigrantes indocumentados hacia Estados Unidos, posiblemente muchos más de los que se estarían deportando".

Por ello estoy preocupada, porque el tema de los deportados no sólo es un problema de desempleo y de economía, representa un serio conflicto de seguridad nacional. Porque como dicen los expertos, los cárteles podrían ser los únicos con capacidad económica para generar fuentes de empleo para los deportados. Y esa es una realidad peligrosa.