LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 03/01/2017

¿QUÉ FUE PRIMERO, EL PROYECTO O LA REFORMA?

Mi padre decía que la historia la debíamos aprender en la escuela para no repetirla, que los acontecimientos deberían de marcar la pauta para siempre mejorar la realidad en la que vivíamos y es que, si nos aventamos un clavado a la historia de nuestro país, desde el período de Lázaro Cárdenas del Río, hasta nuestros días, hemos sido cíclicos los mexicanos al vivir devaluaciones, inflaciones, alza de precios en la canasta de consumo básico, recortes al cuadro básico de medicamentos y el tan conocido tema de los gasolinazos, que al paso que vamos, querido lector, tendremos que retornar a los hábitos y costumbres de la era Mesoamericana y tener nuestras hortalizas en casa, lavar en el río y trasladarnos de un lugar a otro, caminando o en burro, porque los caballos no son para todos, pues sale muy caro mantenerlos.

Cuando fuimos conquistados del año 1492 al 1521, la situación de México era de división entre las distintas clases sociales, y total que nos conquistaron y se incrementaron los abusos, se espantaban de los sacrificios humanos pero no de la crueldad en cómo masacraban indígenas, en cómo ultrajaban mujeres y en cómo despojaban de sus tierras a los primeros pobladores. Pero en la Independencia en 1810, la situación estaba peor, éramos esclavos al servicio de la corona española y nuestro país estaba dividido en grandes regiones pertenecientes a la monarquía, al clero y a los nobles, ya que los “indios” como ellos nos llamaban, vivían hacinados en cuartos donde dormían alrededor del quince personas, y hartos de tanto abuso, la gente salió a las calles a luchar. Cabe hacer mención que fue con lo que pudieron, palos, casangas, machetes, piedras, picos, y fue como los ejércitos de hombres de calzoncillo de manta decidieron dar su vida para liberar a nuestra Patria, no tenían nada que perder, sus familias se estaban muriendo de hambre y sólo restaba apostarle todo para en un momento heroico y de amor a nuestra patria, pensar en el bienestar de los que poblaríamos en un futuro.

Nos brincaremos a la Revolución en 1910 donde la situación era peor que en la Conquista y en la Independencia, pues siendo una nación ya independiente, caímos en manos de saqueadores y vende patrias que redujeron a gran pobreza la vida del mexicano, trabajando jornadas hasta de 18 horas, endeudándose en las tiendas de raya, en donde jamás alcanzaba para comprar lo necesario para la familia. De vez en vez, se daban el lujo el campesino de tomarse unas copitas de aguardiente para mitigar el dolor de la dura jornada, no tenía otra opción, y al retornar a casa, llegaba a un cuarto enorme en el que vivían por lo menos de 25 a 30 personas, sin privacidad, y en donde además tenían que tragarse el orgullo de ver deshonradas a sus hijas por los capataces o por los dueños de la hacienda.

En ese tiempo el país se encontraba dividido en poco más de 730 haciendas, y vivían de una manera tan precaria que no les quedó de otra más que cien años después de la lucha de Independencia, tomar las armas y salir a morir porque ya no tenían nada que perder y de nada sirvió que otros miles, cien años atrás, hicieran lo mismo. A poco más de 106 años del inicio de la Revolución Mexicana, tristemente, se comienza a ver en todo el país brotes de inconformidad por las medidas mal planeadas y poco visionarias de la clase política y durante todo este tiempo, el Poder Legislativo ha verificado con lupa y votado en cada curul cada una de las Reformas, cada una de las Leyes, cada una de las acciones que benefician o perjudican a los mexicanos. Y aquí que nadie se desgarre las vestiduras señores, el pinto, el colorado, el verde y el azul, todos los colores, en algún momento de la historia política moderna han formado parte medular para que estas acciones que hoy no nos gustan, sean ya una realidad en la vida de todos nosotros.

Me voy a permitir hacer una profunda reflexión: Todo mundo le achaca al presidente Enrique Peña Nieto la implementación de las reformas estructurales del país, señores les invito a que se les caigan las vendas de los ojos, el Ejecutivo presenta un proyecto de reforma y quien lo revisa y es el Senado, lo adecúa y quien lo vota es la Cámara de Diputados, y ellos son, los responsables de esta medida que le tocó por mala suerte, enfrentar a Peña Nieto, porque el autor intelectual y declarado a los cuatro vientos de las reformas estructurales se llama Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien el último día de su mandato dijo a los medios que lamentaba no haber concluido con las reformas, pero que le dejaba la estafeta al nuevo presidente, a su sucesor, para que les diera continuidad.

Ha llegado el momento de que se caigan las máscaras y que el PAN asuma la responsabilidad completa porque salió de su presidente la propuesta de las reformas en el país y fueron sus diputados y sus senadores quienes avalaron junto con el PRI las reformas estructurales. Por lo tanto, invito a la gente a que lea, a que aprenda de su historia para que no la repita, a que lea las noticias para que nos las olvide y que cada trienio y sexenio esté consciente de que la política es el arte maravilloso de ponerse de acuerdo, sin distinción de partidos. Fuimos el resultado de la decisión de cada uno de los representantes que usted y yo elegimos en una urna, espero que para los siguientes comicios, sobre todo los presidenciales, se acuerde del autor de las reformas y no traiga de regreso a la reina Margarita Zavala para que nos venga a dar una estocada en el corazón y nos atraviese el alma a los mexicanos. Al tiempo.