PARACAÍDAS

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 15/09/2016

EL TEMIDO MARTÍN FLORES

Una campaña de odio orquestada por Gobierno del Estado, vía los libelos que éste utiliza para sus fines aviesos (Diario de Colima, el principal, y ahora Ecos de la Costa, que ahora es regenteado por gente también cercana al gobierno estatal), se ha desatado en contra de Martín Flores Castañeda, desde incluso antes de que éste volviera a asumir el liderazgo de los burócratas de nuestra entidad, que cuenta con más de dos mil agremiados. En las últimas semanas, esta campaña de odio se ha recrudecido hasta adquirir una dimensión obsesiva. ¿A qué se debe este odio hacia Flores Castañeda? No sólo a que Flores Castañeda pertenece a un grupo de poder distinto e incluso adverso al del gobernador Nacho Peralta (al grupo del ex gobernador Mario Anguiano), tampoco se debe a que con la asunción como líder de Flores Castañeda se desmiente la supuesta mala reputación social y política del también ex dirigente estatal priista, quien ganó la dirigencia de los burócratas con una holgada mayoría, no, se debe a la amenaza que representa para la estabilidad política del gobernador Nacho Peralta un político combativo y experimentado como Martín Flores, quien demostró con hechos lo que los medios de comunicación aliados al mandatario estatal quieren negarle con enlodadas palabas. El odio refleja, generalmente, temor, incluso inseguridad, y esta guerra en contra de Martín Flores no es la excepción, lo único malo es que, aparte de su mala intención, se lleve a cabo con dinero de la sociedad y tenga como fin intentar derribar el único frente que se abre al interior del priismo local para hacerle justicia a muchos militantes que han sido defenestrados por el Ejecutivo estatal Nacho Peralta, a quienes luego de ungirse gobernador les dio totalmente la espalda. En su afán por destruir a su adversario político (esto es a Martín Flores Castañeda y a su grupo afín: todo el anguianismo), el mandatario estatal Nacho Peralta no hace sino desenmascarar sus intenciones despóticas y su afán por aplastar a todo aquel que no se sobaje a su dominio. Si bien hay agentes oficiosos en este carrera por querer controlarlo todo (el mismo Diario de Colima es uno de ellos, pero también Fernando Moreno Peña, comandante en jefe de El Otro PRI), la responsabilidad de estos infundios a una parte del priismo local recae en lo que se ha considerado el primer priista del Estado, en este caso el gobernador Nacho Peralta, quien a estas fechas ha sido incapaz de tomar las riendas del barco, para decirlo con sus propias palabras, lleno de agujeros que sigue siendo Colima y que él prometió transformar. Martín Flores Castañeda podrá tener muchas cosas criticables, y quién no las tiene, pero en este momento político es de apreciar que haya aparecido en el escenario para hacer frente a la voracidad de los fernandistas (que acusan por la puerta de enfrente a todos los anguianistas de corruptos mientras ellos vuelven a saquear el estado por la puerta de atrás) y a los aires imperiales de los familiares del gobernador Peralta Sánchez, convirtiendo al Estado, para mal de toda su población, en una empresa familiar. Ojalá que reviva la disidencia (incluida la de los panistas, que no terminan unificarse) y fructifique en medio de este paisaje árido, desolador y opresivo que vivimos, donde, como en la época de los latifundios, unos cuantos se enriquecen a manos llenas mientras que otros tienen que padecer pobreza, desempleo, inseguridad y falta de oportunidades. Podrá gobierno del Estado comprar todos los medios de comunicación de nuestra entidad, pero no podrá nunca comprar la verdad. Esa es lo único que jamás le podrá ser arrebatado a los colimenses.