LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 13/09/2016

RAFAEL MORENO VALLE, EL PLAN MÁS VIABLE RUMBO AL 2018

Sin duda alguna el juego electoral del 2018 ya se comienza a cocinar y para muestra basta ver los movimientos de los tableros, en los diferente institutos políticos que en algunos casos ya iniciaron a “moverse por su cuenta” y generar las condiciones y los pactos para llegar sin problemas a ser el elegido de los “grupos al interior de los partidos”, para llevar la estafeta rumbo a las presidenciales.

Y es que de querer, todos quieren, pero el poder ser (precandidato) y el llegar a ser (candidato) es el verdadero dilema que debe resolverse por los grupos de poder al interior de cada partido político y así garantizar la sobrevivencia que será premiada con alguna otra candidatura menor o bien, con algún cargo que valga la pena el “haberse jugado el volado” para apoyar a él o la que consideran debe ser el abanderado rumbo a Los Pinos.

Y es en estas circunstancias donde mientras usted y yo nos vamos adaptando a los nuevos gobiernos y funcionarios, que se dan los jaloneos y comienza la pasarela a nivel nacional para en visitas relámpago, mostrar poder en todo el territorio nacional. Y de unos meses a la fecha, en el Partido Acción Nacional, ha utilizado diversos formatos para decir que al día de hoy, son tres nombres los que podrían llevar la estafeta de candidato o candidata presidencial rumbo al 2018.

En primer plano y utilizando todo cuanto se puede para empoderarse y quedarse con la candidatura es el joven líder nacional Ricardo Anaya, que a pesar de tener una imagen que le favorece porque representa paz, prudencia, sagacidad y por mucho es el líder que lleva las riendas del albiceleste, no deja de ser discípulo de Gustavo Madero, y ese dato en su ficha técnica de entrada, le quita puntos.

En segundo lugar tenemos a Margarita Zavala de Calderón, que ante estas aspiraciones a la presidencia, más le valdría que se me quitara el “de” en su apellido, debido a que si tomamos en cuenta que el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa su marido, ha sido considerado el más sangriento de las últimas décadas, sobre todo si checamos el dato que es precisamente durante ese periodo presidencial, en donde los grupos delictivos se incubaron, clonaron y multiplicaron; así es querido lector, pues si no era suficiente con los “maras” que reinaron en el periodo de Vicente Fox, en una transición democrática que solo duró doce años, nos heredaron un tema de inseguridad que al día de hoy, la ciudadanía sigue pagando una factura muy cara.

Y vamos con el tercer nombre, ese que desde mi opinión, resulta por mucho la opción más viable y segura para que el Partido Acción Nacional, verdaderamente tenga posibilidades de regresar a la residencia oficial de Los Pinos y no hay que buscarle, Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla ha transformado de manera impresionante aquella entidad en donde ya no hay espacio en el calendario, para incluir a más iglesias en el santoral. La tierra del mole, de los dulces y de unos de los trajes típicos más conocido a nivel internacional, podría regalarnos la sorpresa de que abandere los comicios de 2018 por el PAN.

Pero eso no es todo, Rafael Moreno Valle por mucho representa al desarrollo industrial y comercial de su región, y es que si usted conoció Puebla hace 10 años, basta regresar para comprobar cuánto ha crecido desde su gestión a la fecha. Aún recuerdo esa platica prolongada que sostuvimos al término de una rueda de prensa en el Hotel Karmina Palace, en donde mis preguntas fueron duras, directas y en algunos casos, poco convenientes para el momento, sin embargo Moreno Valle tuvo la grandeza y humildad de responder a todas y dejó un ejemplo digno de imitarse para sus hermanos de partido.

Hablamos de Luis Calderón Vega, Manuel Gómez Morín, Adolfo Christlieb Ibarrola, Manuel Clothier, de todo lo que representa la esencia de ese instituto político, y fue entonces que me di cuenta, que el gobernador no sólo conocía sus siglas, sino que aunado a su historia de vida, de su familia y de sus logros profesionales, él era el más convencido de que el PAN necesitaba retornar a sus principios para realmente conquistar la presea política más grande en México: la Presidencia de la Republica. Y además tuvo la grandeza de reconocer las virtudes del candidato opositor en aquella contienda y que hoy es su homólogo en la función pública.

Supe desde ese momento, que él debería ser el abanderado de ese partido, que si gana o no, aún falta mucho, pero sí sería el digno abanderado del PAN.