LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 07/07/2016

LA TRISTE HISTORIA DE UNA TRABAJADORA ENFERMA…

Resulta que hace aproximadamente 22 ó 24 años Chuyita ingresó a trabajar a conocida dependencia, feliz porque se sabría con prestaciones y con un futuro certero tras gozar de una pensión, eran ideas que resultaban por demás interesantes, pues el poder “presumir” una vida resuelta, para ella significaba todo.

Cuando le dijeron que la basificarían, fue un efecto similar al ganarse la lotería, lo mejor vino cuando la afiliaron a una organización sindical, ahí Chuyita sintió que realmente estaba ante el premio mayor. Y así transcurrieron los primeros 17 años, en donde las distancias representaban andar circulando por todo el estado, esto para cumplir con el trabajo encomendado. En ese entonces, la juventud y la fuerza de la joven mujer le permitían cumplir con las exigencias de la dura jornada.

Pero como era de esperarse, los golpes de la vida y aquellos del amor, en el año 18 de servicio, pudo concentrar sus labores en un solo municipio, ya con hijos se agudizaron las obligaciones y los problemas económicos, comenzaron a manifestarse a través de distintas enfermedades el sobreesfuerzo de años de trabajo en el cumplimiento del deber y es que Chuyita, ya no era la misma. Pasó el tiempo y ya habían transcurrido 19 largos años desde aquel ingreso a la dependencia, su estado de salud era muy grave, pero lo que nadie podía curar eran sus heridas del corazón, esas que de manera psicosomática se manifiestan, pues más grave resultaban sus cambiantes estados de ánimo que las enfermedades detectadas.

El expediente hablaba de una falla cardiaca, un aumento del tamaño del corazón que disparaba la presión arterial sin que se tuviera control al respecto. Luego vino una falla renal, los achaques de la edad, ya pasaba de los cuarenta y por último, la diabetes, vino a agravar su estado de salud. Casi cuatro años después, visitó a los médicos familiares, a los internistas y ya tenía tarjeta de “paciente frecuente” en el servicio médico de urgencias. Incluso, en automático el personal de la Institución de Salud ya sabía el historial de la paciente y todos se hacían la misma pregunta ¿por qué no la pensionan?

Su delicado estatus los llevó a otorgarle una licencia de un año, mismo que era para realizar sus trámites de pensión, sin embargo le perdieron dos formatos para que dictaminara medicina del trabajo y por si faltara algo más, le perdieron su expediente, le robaron de la manera más vil, su legítimo derecho de pensionarse por enfermedad y garantizar por los menos una vida de cuidados para prolongarla. Lo peor vino cuando del trabajo la presionaron a regresar y se vio forzada a meter una licencia, en la que no percibiría ni un peso. Y así transcurrieron los seis meses más largos de su vida, los más complicados en la salud, los más difíciles para la manutención de sus hijos y lo peor, sin poder trabajar debía cubrir una cuota bimestral cercana a los tres mil pesos, para no perder los servicios médicos.

Si le añadimos como continua la historia, podría agregar diversos abusos de autoridad, negligencia por las autoridades médicas, así como un trato inhumano de los jefes inmediatos, quienes les obligaron a presentarse a pesar de saber su comprometido estado de salud. ¿Qué final tendrá esta historia? Espero uno feliz, de lo contrario, Chuyita tendrá nombre y apellido y los personajes narrados en cada suceso, también serán nombrados. La moneda tiene dos caras y está en el aire, águila o cruz, lo importante aquí, es salvar una vida y acabar de una vez por todas con las aberraciones de los sistemas médicos y lineamientos de trabajo, que violentan el derecho humano a la salud de los trabajadores.

LOS REMOS DE LA PANGA
REMAZO: Hace unas semanas se habló de un regidor de Manzanillo que apuesta todos sus recursos y utiliza sus alianzas para tener negocios conocidos como “giros negros” lo peor del asunto es que el maromero, como ya se le conoce, tuvo tres giros, de salón a un sindicato, del gremio al cabildo y por último de las delicias del poder a lugares en donde las excentricidades y los excesos, son el menú a la carta. Una verdadera vergüenza para los ilusos que en un sufragio le dieron su confianza y la del futuro de sus familias.

REMO: Indira Vizcaíno presenta su declaración 3 de 3, acapara reflectores y de pasadita tira varias pedraditas a sus compañeros de gabinete. No se vale patear el pesebre Indira, sobre todo considerando que el comentario cizañoso no le suma bonos a tu equipo, digo porque eres parte de un equipo aunque tomaras protesta con la izquierda ¿o no?

REMITO: Triste realidad para los agremiados a ciertos sindicatos que hace un par de años eran considerados los más poderosos del país y ahora son considerados “de cuello blanco”. Después haremos un análisis profundo de lo que ha sido el sindicalismo en nuestro país.