TRIBUNA PÚBLICA

GABRIELA RUBALCAVA MENDOZA | Opinión | 17/02/2016

CONTINUACIÓN

Insisto, esta no es una administración que hubiera iniciado de la mejor forma. De hecho, entra de manera tan accidentada y en medio de tantos problemas y abusos generados en la anterior administración que la llevaron a una segunda elección con los resultados que ya sabemos. Ahora, con los ajustes obvios de toda administración que inicia, no es de extrañar que quienes se sienten con derecho a ocupar puestos y, son “aprobados” por decirlo de alguna forma para ocuparlos el proceso “natural” es hacerlo con “su gente” de tal manera que quienes ya estaban pues… “se van.

Esto es un escollo para la actual administración. No hay nadie que vea así, “natural” su despido con el argumento de que su contratación fue en el sexenio anterior y con éste se les acabó el trabajo; máximo cuando se les hizo participar en campañas electorales con el incentivo de conservar su fuente de ingresos. No. Ya no operan así las cosas. La gente se encuentra muy culturizada y en la actualidad ya defiende los que cree son sus derechos acudiendo a las diferentes instancias como pueden ser la Junta de Conciliación y Arbitraje o, el propio Tribunal de Arbitraje y Escalafón.

Veámoslo de esta manera. La administración en funciones llega legitimada por el voto de cientos de colimenses que espera de ella, seguridad, obras, educación; pero también, quiere empleos bien pagados y/o la conservación de los que ya se tiene para proveer a la familia. Así de sencillo es.

Escribí en mi artículo anterior que no había nada por qué estar alegres y sostengo todavía lo expresado. La conformación de esta administración pública apenas se está dando con todo lo que implica, principalmente, acomodos en las secretarias, de allí. Se “bajan” las instrucciones a las direcciones y enseguida las plazas de base, confianza, de contrato etcétera, sin contar que las definiciones en las delegaciones federales, también representan un ángulo más con el que deberá trabajar el mandatario en funciones Ignacio Peralta Sánchez.

Si nos damos una “vuelta” a miramos cómo están quedando delineadas las mismas, nos daremos cuenta de que no son precisamente afines a la administración estatal; en algunos casos, por cuestiones coyunturales y de ambición particular pues sumaron votos en la anterior campaña electoral, pero de allí a que podrían formar parte de un equipo que requiere homogenizar sus esfuerzos para que el plan de trabajo les funcione, lo dudo.

Y si no, al tiempo.

Por lo pronto, habría que mantenernos atentos a ver cómo operan los estrategas de la administración estatal con el problema de los posibles despidos de trabajadores porque tanta gente en la calle, desempleada, también es un riesgo que conviene valorar en materia de seguridad pública y de imagen política.