TRIBUNA PÚBLICA

GABRIELA RUBALCAVA MENDOZA | Opinión | 23/01/2016

Antes de iniciar con esta colaboración, deseo dar las gracias a mi compañero y amigo, Pedro Puente. Mil gracias por la oportunidad de regresar a mis orígenes profesionales , espero no defraudar la confianza que hoy se deposita en mi persona, Pedro: Muy agradecida.

Vamos a entrar en materia.

Usted está satisfecha con la actuación de sus autoridades? Si? Pues felicidades! Porque al parecer es usted de las pocas personas que hacen esta afirmación en todo el estado de Colima. Su respuesta es en el sentido negativo? Entonces bienvenida a la estadística. En Colima, concretamente, son muchísimos los ciudadanos quienes se quejan del desempeño de sus representantes en los poderes legislativo, judicial y también ejecutivo.

Esto no debe extrañarnos a ninguno de nosotros. Ante la carencia de empleos bien pagados, de salarios remunerativos, la falta de vivienda digna, alza de la canasta básica, perdida de la confianza en las instituciones, la caída del valor del peso y del petróleo, la corrupción institucional, de reformas estructurales en las que nadie confía ni mucho menos entiende, del asentamiento del crimen organizado en nuestro territorio, un índice de violencia a la alza, y la anulación de las elecciones por segunda ocasión en la historia de Colima, la realidad es que hay muy pocas expectativas con respecto de un futuro promisorio para los nacionales y para los colimenses igual.

Aunque las expresiones abundan en el sentido de que después de Mario Anguiano y su antecesor no puede irnos peor, los ciudadanos guardan la secreta esperanza –porque solamente es eso, esperanza- de que esta administración que apenas se está perfilando venga aparejada de mejoras sustanciales en todos los aspectos. Y es correcto.

Le doy un dato: El observatorio económico México ¿cómo vamos? presentó el reporte “Hay un México que crece, ¿dónde está?: Semáforos económicos estatales”, en el cual asienta que Colima se encuentra en el ranking de los estados que menos han contribuido al desarrollo económico del país, es decir, lo califica con focos rojos igual que otras 20 entidades. Y no es consuelo por supuesto, atravesar por condiciones como ésta, aunque sea acompañado.

Personalmente, creo que Colima tiene problemas muy graves, de fondo y tienen que ver con quienes somos los colimenses, como pensamos y vivimos y lo más complicado: qué deseamos para el futuro.

CONTINUA...