(Agencia Informativa Conacyt).- Durante la noche del 27 de septiembre y los primeros minutos del 28 de septiembre, se observó en nuestro país un eclipse lunar total, fecha que concuerda con el acercamiento máximo de la Luna a la Tierra —perigeo— y visibilidad máxima al estar la Luna en fase llena.
Un eclipse lunar es una coincidencia geométrica en la cual el Sol, la Tierra y la Luna se colocan en el mismo plano, de modo que la sombra que proyecta la Tierra se coloca sobre la Luna durante su paso en la traslación alrededor de la Tierra. Es por eso que nuestro planeta la eclipsa, es decir la ensombrece.
“Existen eclipses lunares totales y parciales, en donde durante los primeros la Luna entra en todo el cono de sombra que se proyecta. En los eclipses parciales solo se logra intersectar la Luna con parte de la sombra generada por la Tierra, de modo que solo se oscurece una parte de la Luna y no toda la circunferencia”, afirmó Brenda Carolina Arias Martín, coordinadora del Departamento de Comunicación de la Ciencia del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La Luna se observa roja debido a un fenómeno terrestre, relacionado con la atmósfera de la Tierra. Por ejemplo cuando hay erupciones volcánicas o incendios, hay muchas partículas suspendidas en la atmósfera que ocasionan que la luz que pareciera emitir la Luna —que sin embargo solo la refleja—, se difracte en varios colores, de modo que los que pasan la atmósfera y logramos ver, son los rojizos, los de longitudes más largas que evaden las partículas de polvo derivadas de estos eventos.
También la contaminación suspendida puede lograr que se observe la Luna de color rojo, “es lo mismo que sucede en el amanecer o anochecer cuando observamos el cielo de un color más rojizo que el resto del día. Es porque los rayos del Sol atraviesan una zona más densa de atmósfera”, añadió Arias Marín.
El eclipse fue visible a lo largo de toda la república mexicana, y no solo aquí, pues también se observó desde distintos puntos del mundo como Asia Central, Europa, el Océano Atlántico, Groenlandia y América.
El inicio del eclipse ocurrió cuando la Luna penetró la sombra de la Tierra, mismo que se divide en fase penumbral y umbral o total.
La fase penumbral no es perceptible a simple vista, puesto que la intensidad de la luz reflejada por el disco lunar es comparable con la intensidad de la luz del cono de sombra, “este tipo de eclipse no es perceptible a simple vista. Cuando la luna penetra la umbra o sombra de la Tierra, gradualmente se dibujará la circunferencia terrestre proyectada en el disco lunar en una tonalidad que va del gris hacia el negro", describe el académico del Instituto de Astronomía, Daniel Flores Gutiérrez.
Al encontrarse la imagen de la Luna dentro de toda la sombra terrestre es entonces que se colorea rojiza, manteniéndose así durante todo el eclipse total.
La duración de este eclipse fue de entre tres y tres horas y media del periodo completo; aunque el máximo del eclipse es de unos pocos minutos, tiempo en el que la Luna cambia su posición en su trayectoria alrededor de la Tierra y sale del cono de la sombra proyectada.
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