CULTURALIA

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 16/08/2015

EL PANTEÓN DE LOS GRINGOS*

Al norte de la ciudad de Colima por el camino a la desaparecida fábrica de hilados y tejidos “San Cayetano”, actualmente avenida Venustiano Carranza, a principios de 1851 fue abierto un cementerio exclusivo para los extranjeros residentes en esta capital, todos identificados por su condición protestante y en su mayoría provenientes de Alemania. El primero en ser sepultado, según lo refiere en "Colima de Ayer" Francisco Hernández Espinosa, fue un alemán de nombre Willhem Meyer y el último, John J. Alves, un norteamericano, el 14 de octubre de 1944. Aquel cementerio funcionó como tal por unos 94 años, periodo en el que recibió 131 cuerpos y al que con el tiempo se le conoció como “Panteón de los Gringos”.

El mismo Hernández Espinosa refiere que fue un norteamericano avecindado en Colima, de nombre Roberto Barney, quien como propietario de diversas extensiones de terrenos, cedió gratuitamente el predio para dicho cementerio, escriturándose la propiedad por el año 1842, designándose para el efecto un Consejo directivo entre los mismos migrantes, con las obligaciones y deberes correspondientes; cuerpo que se renovaba según se exigía, recordándose entre los mismos a Cristian Flor, Jorge L. Oldenbourg, Arnoldo Vogel, Augusto Morril, Fernando Martel, Eduardo Müller, entre otros y que Ignacio Ávalos y su hija Juana se encargaban de la limpieza y mantenimiento del lugar.

Cabe señalar, tal y como lo testimonia en La población alemana en Colima durante el Porfiriato José Rafael Sáenz Rangel, que muchos llegaron a Colima como empleados de comercios establecidos, y gracias a los buenos rendimientos económicos, pronto se hacían socios, o se independizaban, fundando otra compañía mercantil con otros socios o entre los mismos, fuesen alemanes o mexicanos. Otro rasgo distintivo que arrojó el Padrón de Extranjeros de 1880, es la antigüedad que tenían en el estado. El tiempo mayor de residencia en Colima era de 42 años; algunos reportaron tener 3 años y la menor fue de cinco meses. En general, la antigüedad promedio era de 8 años. La edad promedio de aquellos oscilaba entre los 20 y 30 años al llegar a Colima; muchos vinieron solteros, provenientes de la misma región, Hamburgo o Altona, norte Alemán, lugares que más reportaron en el censo del 31 de octubre de 1880.

Entre las razones por la que los europeos y principalmente los alemanes decidieron abandonar su país fueron, no solamente la explosión demográfica y la penuria material que vivían, sino también cuestiones políticas. Como otros estados de la República, Colima fue algo así como “la tierra prometida”, pues llegaron acá a materializar ideas que en Europa se propagaban, de que en América había muchas riquezas y ventajas para su explotación. Hubo quienes llegaron representando casas comerciales, o simplemente en busca de fortuna. Solamente unos cuantos extranjeros de distintas nacionalidades se animaron a invertir en los fundos mineros ubicados en el norte de la entidad, en la explotación comercial de Manzanillo, en infraestructura o nuevas actividades comerciales y agroindustriales.

Desde que recibió el primer cuerpo en 1851 y hasta 1944, fueron a depositados 131: de 1850 a 1859: 16; de 1860 a 1869: 23; de 1870 a 1879: 27; de 1880 a 1889: 10; de 1890 a 1899: 8; de 1900 a 1909: 21; de 1910 a 1919: 13; de 1920 a 1929: 7; de 1930 a 1939: 5; y, de 1940 a 1944: 1. Mientras que de las familias que más sepultaron fueron: Morril, de EUA: 11; Oldenbourg, de Alemania: 10; González (Flor) de Alemania: 9; Forbes, de Inglaterra: 4; Dücker, de Inglaterra: 4; Hinrichs, de Alemania: 3; Kebe, de Alemania: 3; Clauisen, de Alemania: 2; Wray, de Alemania: 2; Kegel, de Alemania: 2; y, Barney, de Estados Unidos: 2.

Hoy, al paso de los años y luego de más de 70 de que fue sepultado ahí el último “Gringo”, víctima de la voracidad de particulares y del desdén de la sociedad este histórico espacio donde por décadas descansaron los restos de mujeres y hombres que desde lejanas tierras vinieron a entregar su sangre y a dejar su vida acá, ha sido allanado, saqueado y con la simulación o complicidad de las autoridades correspondientes, flagrantemente invadido y reducido a casi nada.

*Investigación y Texto de mi autoría. Fotos de mi Archivo. CR.