Periodismo mexicano, entre el negocio y la función social Lourdes Romero

Administrador Colimapm | Colima | 05/06/2015

*La especialista en la materia, en un taller que impartió en la Facultad de Letras y Comunicación, destacó que el vínculo del periodismo con las redes sociales, que carecen de regulación estatal, ha permitido plantear un flujo informativo con mayor difusión y discusiones sociales; “la gente se cuestiona, lo cual es bueno desde el periodismo: todos buscamos que haya cuestión, que haya propuesta, debate y denuncia”, dijo

“El periodismo mexicano ha entrado en el juego del retoque, de la apariencia, del juego del poder mediante la información”, sentenció la investigadora María de Lourdes Romero Álvarez, quien impartió el curso-taller “La construcción periodística de la realidad”, dentro de las actividades que la Licenciatura en Periodismo de la Universidad de Colima realiza para reestructurar su programa académico.

El principal objetivo del curso fue orientar los seminarios de investigación de dicha licenciatura para que los profesores introduzcan objetos, técnicas y metodologías de investigaciones centradas en el análisis y la interpretación de fenómenos de la información y el periodismo.

Responsable del Seminario de Periodismo del Centro de Estudios de Comunicación, Romero Álvarez, además, es autora de los libros “Técnicas modernas de redacción”, “El relato periodístico: entre la ficción y la realidad”, “La realidad construida en el periodismo” y “Espejismos de papel”, entre otros, en los cuales propone una interpretación de la realidad a partir del periodismo.

Durante el curso taller, insistió en que hay una función económica de por medio y una pre-construcción figurativa en lo que la gente leerá; “esto no necesariamente es malo y es un fenómeno interesante desde el análisis, desde la deconstrucción del discurso, cómo se usan y se utilizan una serie de recursos paratextuales para fortificar o debilitar, según el caso, a la noticia”.

Destacó que el vínculo del periodismo con las redes sociales, que carecen de regulación estatal, ha permitido plantear un flujo informativo con mayor difusión y discusiones sociales; “la gente se cuestiona, lo cual es bueno desde el periodismo: todos buscamos que haya cuestión, que haya propuesta, debate y denuncia”, comentó.

Al respecto, señaló que también la industria de la información se ha transformado históricamente: “Antes eran familias que por años poseían un medio de comunicación y estaban comprometidas, primero, con su oficio de dar a conocer algo, la difusión. No sé, pienso en los Pagés, por ejemplo”.

“Ahora vienen los hombres de negocios, como Slim, que compran, y que desde su perspectiva como empresarios transforman el discurso: lo hacen más vendible y juegan con todas las posibilidades para vender más ejemplares, para ganar más rating en TV o en su página web. Pero la gente también tiene un beneficio: encuentra lo que necesita, lee lo que quiere. Va directo al medio que le dará lo que está buscando”, explicó la especialista.

Sin embargo, continuó, “a pesar de las tendencias que pueda ofrecer tal o cual medio, lo más importante es la calidad de la información que se presenta a las audiencias. El público tiene derecho a recibir calidad en la información, investigaciones de nivel. Cada medio tiene, además, su propia idea de lo que debe ser el discurso. Y si eres de izquierda, tal vez leas ‘Proceso’ o ‘La Jornada’. Si te interesan los negocios, seguramente apostarás por ‘El Financiero’, por ejemplo. Cada medio tiene su propia oferta para un público cautivo, y a ese público cautivo hay que hablarle de determinada manera”.

Planteó que las empresas de la información determinan la construcción de la realidad desde la información, al diseñar la imagen que presentan los medios impresos, sus contenidos y sus discursos.

“Desde la academia podemos re-entender el aspecto histórico del periodismo, su faceta como medio visual, la psicología social con la que está jugando; podemos meter estudios del discurso para entender y encontrar nuevos significados. Creo que hay un beneficio mutuo en cuanto al saber, pues ambos –tanto el periodismo como la academia– buscan el saber como materia prima, como registro”, finalizó.