EL HONOR DE LA FAMILIA PANISTA. Parafraseando a Mario Vargas Llosa, aquí también es muy justo preguntar: ¿cuándo fue que se pudrió el PAN? Porque a la dramática renuncia del cachetón Virgilio Mendoza Amezcua para hacer posible la alternancia en Colima, se suma ahora la mascarada del senador Jorge Luis Güicho Domínguez Preciado Rodríguez, que resultó ser el flamante candidato panista a la gubernatura del estado.
El honor de la familia panista se perdió hace tiempo, pero no queda claro si fue cuando obtuvo la presidencia de la República por dos sexenios consecutivos o si fue ahora que lo preside el aventurero Gustavito Madero que, con tipos de la ralea de Preciado Rodríguez, conocido también como El rey de chocolate, convirtió al otrora partido “de la gente decente” en un gigantesco burdel en el que se vende placer al mejor postor.
Un sujeto como Gustavito Madero, que sueña con ser candidato presidencial en el 2018, es el que hizo posible que un partido de santos se volviera en un partido de pecadores, para ir a tono con su ideología reaccionaria, mocha y santurrona. Pero ese mal no se debe a sus simpatizantes –donde hay personas respetables, sin lugar a dudas—, adherentes y militantes de toda la vida, sino a los corsarios –del tipo del capitán Morgan— que, tanto a nivel nacional como estatal, venden caro su amor aventurero.
Entiendo al cachetón Virgilio Mendoza, mas no lo justifico: si bien tenía muchos factores en contra, su candidatura hubiera hecho nacer la esperanza en muchos colimenses que se han desilusionado por los acontecimientos que se han venido dando en todos los partidos políticos existentes. La oportunidad sólo se presenta una vez en la vida, de ahí que no se debe desaprovechar. A veces puede pasar toda una vida y nunca llega a aparecer. Hoy que existía esa posibilidad para que se diera la alternancia en Colima, el alcalde porteño la arrojó por el caño.
Pero lo entiendo al cachetón Virgilio Mendoza, aunque reitero que no lo justifico: no se dieron las condiciones favorables para que el PAN derrotara al PRI por primera vez en la historia de Colima, pues su propios dirigentes –nacional y estatal— hicieron todo lo posible para sabotear a su propio partido, a sus propios cuadros y, el colmo, a su propia militancia, simpatizantes y adherentes, todos por el mismo boleto, sólo por un puñado de dólares más. O sea: como que aquí fue cuando se pudrió el blanquiazul.
La crisis de los partidos es brutal: nadie se salva. Pero la dirigencia del PAN ha demostrado que se puede traicionar, se puede engañar y se puede actuar de la peor manera posible, sin morir en el intento. Los dueños del panismo, con su entreguismo, su cobardía y su abyección, han escrito la página más negra de toda su historia. Así, lanzar como candidato panucho a la gubernatura de Colima a un sujeto como Preciado Rodríguez, conocido también como El me amarraron como puerco, el chiste se cuenta solo.
Por supuesto, para aparentar ser el candidato de la oposición más importante en Colima, el senador de marras comenzó a fanfarronear desde el momento en el que presentó el show cómico-mágico-musical de su candidatura a gobernador del estado, al reconocer que él es menos fuerte que el declinante Virgilio Mendoza, pero superior al abanderado del tricolor, Nachito Peralta Sánchez, lo cual no pasa de ser una vacilada.
Ciertamente, Nachito Peralta es un candidato débil –va a ocupar de la fortaleza de Federico Rangel Lozano—; sin embargo, frente al payaso de Güicho Domínguez Preciado Rodríguez, el del PRI será una máquina indestructible. Otra cosa hubiera sido con un Virgilio Mendoza bien arropado por su partido, tanto a nivel nacional como estatal, para dar la batalla. Finalmente, las cosas no se dieron como lo esperaban miles de colimenses. Ni modo: ai´pa´la otra. Claro, si es que vuelve a haber otra, que será como por el año 2156.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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