LECTURAS

NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 11/01/2015

BORREGOS DE ENERO

Desde hace semanas y media pero con mayor insistencia desde ayer y hasta el hartazgo, varios simpatizantes, muchos fintados, algunos alborotados, los tantos incautos de siempre y hasta los presuntos contrarios de quienes fueron enunciados como “aspirantes” a la gubernatura (la mayoría, así reconocido por los más serios analistas, sin rentabilidad electoral, resultados, trayectoria o méritos reales), han estado soltando de todo y por todos los medios, pero potenciado en las llamadas redes sociales, principalmente en las de más presencia, como Facebook y Twitter, todos a cual más petardos que solo tratan de sorprender y en un desesperado intento influir en la decisión final.

Así, un día y otro también durante las 24 horas aparecen afirmaciones tan contundentes como falaces, dizque presentándonos al mero, mero (mujer u hombre), al bueno, al de la línea, a quien acabará con las inequidades y suprimirá los excesos, al que cambiará Colima, al justo y justiciero, al honesto, al transparente, al trabajador, al honrado, al más preparado, al que nació para eso, al de buena cuna, al de los intelectuales, al popular, al de la gente, al intachable, al sin amistades peligrosas ni familiares incómodos, al predestinado, al… ¡Bueno fuera..! Y a la par acosan con lo contrario de cada uno de quienes en la percepción general han encabezado desde el principio las preferencias en pos de la gubernatura y que por las razones que se quiera, lo reitero, son solamente tres: una mujer y dos varones. El resto, aprovechando, buscará “moteche” a ver qué saca. Malo, pero así ha sido y así será, y no porque yo quiera.

La realidad es que nada hay y nada habrá, según la tradición tricolor, hasta que tenga que haber, así es que ni se alboroten, ni se apasionen, por lo menos no antes de lo que marca el calendario electoral, el calendario del PRI y, sobre todo el del actual grupo usufructuario en el poder, tanto en lo federal como en el Estado, así han sido las cosas y, por lo que se, ve nunca van a cambiar, por lo menos tengo la certeza de que yo no lo veré, así de sencillo; Así es de que es mejor que estemos tranquilos o dicho de otro modo, para que se entienda y no haya dudas ¡Aún no se calienten planchas, que ni luz hay! Es decir: Nada para nadie.

En todo caso quien resulte, sea Chón o Chona, ni uno ni otra nos sacará de dónde estamos ni cómo estamos si desde no lo propiciamos, ya debemos ir aprendiendo que el cambio debe ser de nosotros, que la responsabilidad es nuestra y no del eventual alcalde, ni del diputado, ni del jefe, ni del gobernador; que el otro no es el culpable de nuestra condición, que la actitud personal determina lo que somos y en mucho el cómo estamos, que nadie tiene la responsabilidad ni la obligación de salvarnos, que en realidad no hay ni habrá un individuo, sea mujer u hombre, sin mácula, somos humanos y cada uno tendrá algo de lo que le podamos acusar sin que sea cierto y que en todo caso, lo que le podemos y debemos exigirles en su desempeño deberá ser que se conduzcan con integridad y ética, que hagan su trabajo conforme a sus capacidades y que nos representen con honorabilidad.

Que quien resulte ungida o ungido, del partido que sea, asuma su responsabilidad comprometido con los valores que lo llevaron ahí, que se oriente y aplique la ley sin distingo, que no vea el ejercicio de su cargo como la oportunidad ni la forma fácil de hacer y crecer un patrimonio ilegítimo, que en lo privado y público respete y con humildad enaltezca su investidura, que gobierne para todos y no a discreción, tampoco a capricho; que evite a los indeseables y que se sacuda, si los tuviera, a los que se han acercado y se acercan solo buscando el beneficio propio; que como persona busque la trascendencia, en suma: que a los suyos y a nosotros, sus representados, nos haga sentir orgullo de su desempeño en el poder que provisionalmente le demos en las urnas.

Recadito: Como se dice “No por mucho madrugar amanece más temprano”.