Espera académico incertidumbre económica para 2015 por el precio de gasolina

Administrador Colimapm | Colima | 11/01/2015

*Las principales afectadas serán las familias que tienen un salario mínimo básico; “esto provocará que no les alcance para solventar las necesidades básicas”, comentó el académico José Manuel Orozco

Pese a los discursos alentadores presentados por diversos funcionarios federales y estatales respecto a la economía, los especialistas en dicha materia aseguran que el 2015 será incierto. Esto se debe, aseguran, a los actos de violencia, la volatilidad en los precios del petróleo, la inflación y el aumento del dólar con respecto a la moneda nacional, que se presentaron en los últimos meses de 2014.

Los principales afectados, considera José Manuel Orozco Plascencia, director de la Facultad de Economía de la Universidad de Colima, serán las familias que tienen un salario mínimo básico; “esto provocará que no les alcance para solventar las necesidades básicas”.

Desafortunadamente, dice Orozco Plascencia en entrevista, la economía mexicana es dependiente de cuatro grandes fuentes de ingreso: el petróleo, los Impuestos sobre la renta, sobre el valor agregado y las remesas que envían los migrantes a México. “Esto implica no poder derogar a cabalidad el presupuesto público que se tenía implementado en la ley de ingresos”.

Por ejemplo, agrega, “si la mayoría de los ingresos del país corresponden al sector petróleo, qué ocurre si el precio baja de 70 o 60 dólares a 30, como está ahora; bueno, que no se van a cumplir las actividades que se tenían planeadas respecto a la inversión pública, de infraestructura, gasto corriente, pago de diputados, de senadores, y de educación.”

El problema, considera el investigador, no se centra en el aumento de impuestos, que es una de las estrategias del gobierno federal, sino en el hecho de que la gasolina continúe incrementado su precio. Esto índica, dice Orozco Plascencia, “que el gobierno mexicano no está haciendo lo suficiente para crear la infraestructura adecuada para la producción del crudo y que no se genere gasolina en México”.

Al aumentar las gasolinas, dice, “las mercancías tienen a aumentar. Por otro lado, es probable que los empresarios empiecen a visualizar situaciones de desgaste en sus inversiones y por lo tanto a retirarse a otros países donde les salga más redituable poder producir”, comenta.

Además, añadió, provocará que el gobierno federal y estatal empiecen a generar políticas de austeridad, lo que probablemente origine un desempleo a nivel burocrático en todos los sectores de gobierno.

“Desde el presidente Ernesto Zedillo para acá se había presentado cierta estabilidad macroeconómica, pero ahora se corre el riesgo de que ésta caiga por esos efectos. También influye que hay recuperación de Estados Unidos y hay una deflación en Europa; es decir, los precios de los productos están bajando cada vez más, que también es una problemática que está afectando a nivel internacional”, comentó.

Sin embargo, para este investigador es más preocupante que no se resuelvan los problemas estructurales del modelo económico actual, que es de apertura o neoliberal. “Hemos padecido un problema estructural que no se ha podido resolver por las políticas públicas; los planes de desarrollo no funcionan, sigue habiendo desigualdad, pobreza, hambre; la economía mexicana no crece, no tiene un crecimiento del PIB adecuado a las necesidades del país; su crecimiento es limitado, disminuido, poco promueve el incremento de exportaciones, inversión y competitividad”.

Para Colima, la perspectiva económica no es tan distinta; “es un estado hasta cierto punto dinámico, competitivo; gran parte de sus recursos provienen del sector servicio-comercio que genera el puerto de Manzanillo con los países de Asia Pacifico. En perspectiva, debería tener un presupuesto superior al que tuvo en 2013, para tener un margen de maniobra y responder así a las perspectivas de la ciudadanía a nivel local.”

Pese a ello, explica el académico, el estado se verá afectado en las aportaciones que realiza la federación; “¿qué pasaría entonces?: que se va a generar menos compra de proveedores y de productos, lo que se traduce en desempleo”.

Por último, el investigador universitario recomienda hacer una planeación financiera anual y mensual de los gastos que cada familia tenga en la vida cotidiana, como son agua, luz y alimentos; evitar gastos innecesarios, como ir menos veces al cine, comprar comida en la calle y usar menos el automóvil.

“Esperaría que esta situación no afecte mucho. Lo que tenemos es un problema de incertidumbre, pero si se diera una incertidumbre política, por ejemplo, se podría generar una escalada de precios importante, pese a que la inflación está medianamente controlada”.