CONCIERTO POLÍTICO

BIBIANO MORENO MONTES DE OCA | Opinión | 29/11/2014

LA DAMA ES VOLUBLE. Tal y como lo señalé en esta columna de culto el 23 de septiembre del presente años, la viuda de Silverio Cavazos Ceballos salió con su numerito, cosa que ha hecho desde que en el 2010 murió el que fuera gobernador de Colima en el periodo recortado 2005-2009. En aquella fecha subtitulé el texto en italiano, como el aria de la ópera de Rigoleto (La donna é mobile), por lo que hoy lo hago con su traducción en español, es decir, La dama es voluble.

El aria, autoría de Giuseppe Verdi, se refiere a la veleidad de las mujeres de su tiempo (1851), pero encaja bastante bien en Idalia González Pimentel, como lo anticipaba aquí desde septiembre anterior, cuando señalé que “nos deleitará (al cumplirse el cuarto aniversario) de nuevo a los colimenses con su temporada de ópera, como ya lo ha hecho en los aniversarios anteriores”.

Y vaya que cumplió con las expectativas la viuda. Por supuesto, la buena mujer ni siquiera se lo piensa dos veces antes de caer en la autoinmolación al tratar de despertar la conmiseración de los colimenses, como si éstos no supieran la vida regalada que lleva (en su mansión con valor de más de 10 millones de pesos) desde que la familia Cavazos-González abandonó la Casa Gobierno a fines de noviembre de 2009.

Así, cuando Idalia admite que “tu clase política” (se dirige al gobernador Mario Anguiano Moreno), los priístas y la sociedad colimense “que se han reído de mí, que se han burlado, que me han tachado de loca, que me han llamado imprudente, que me han dicho mentirosa, (coma) y todos los calificativos que la mayoría conocen”, ya sólo le faltó añadir:

--Y que conste, Mario, que todo lo anterior ha sido la pura verdad; porque si fuera mentira, mi esposo Silverio Cavazos, si viviera, ya se hubiera encargado de darte tu merecido.

En este punto traigo a cuento una anécdota que se refiere el Grupo Universidad en la década de los 70. Sucede que en alguno de los conciliábulos en los que se ocupaban los cuatro líderes y su séquito, un personaje al que se conocía como El cochero se encontraba muy concentrado en la lectura del periódico El Imparcial, donde se atacaba cotidianamente al grupo que encabezaba Humberto Silva Ochoa. En un momento determinado, el personaje interrumpió la lectura y se dirigió al jefe nato de la siguiente manera:

--Oiga, licenciado, para mí que entre nosotros hay un espía.

--¿Y por qué crees eso? –replicó, a su vez, Humberto.

--Pues porque puras verdades dicen en el periódico de nosotros.

Regreso a Idalia. Los exabruptos de la viuda en contra del gobernador, quien tuvo el “atrevimiento” de hacerle una simple precisión a los desahogos de la hija mayor, rayan en un absurdo no exento de la velada amenaza (claro, de vivir el muerto, asunto del que no estuviera escribiendo si no lo hubieran matado), al soltar lo siguiente (se respeta redacción y sintaxis):

TEN LA PLENA SEGURIDAD GOBERNADOR! QUE SI SILVERIO ESTUVIERA PRESENTE, ESO QUE TE ATREVISTE CON TANTA DESVERGÜENZA A DECLARAR RESPECTO A NUESTRA HIJA, NO TE IMAGINAS LO QUE TENDRÍAS EN ESTE MOMENTO CON EL; Y ESO NO TE LO PERDONARÍA!!

CONTINÚA…