EL RECULON A LA LEY. En virtud de que el gobernador Mario Anguiano Moreno tiene la facultad de hacer observaciones a las leyes que se aprueban en el Congreso del Estado, este mismo lunes 7 de julio fue regresada a los diputados locales la Ley del Transporte y la Seguridad Vial del Estado de Colima, conocida como Ley chaleco, a fin de que se le hagan algunas modificaciones.
La Ley chaleco, aprobada de manera unilateral por los integrantes de la 57 Legislatura, despertó la inconformidad de los motociclistas de la entidad, de tal suerte que nunca pudo entrar en vigor tal y como se expidió originalmente, pues se puede decir que el gobernador la vetó. Así, si una ley no se publica en el periódico oficial El Estado de Colima, no es aplicable y, por tanto, no surte ningún efecto.
Tal ocurrió con la Ley chaleco: si bien el gobernador no la vetó al no autorizarse su publicación en el periódico oficial, sí fue mucho más sensible que los diputados que le dieron forma al engendro. Por tanto, la fallida ley se regresó al Congreso estatal para que sean tomadas en cuenta las propuestas que fueron hechas por los principales involucrados -- motociclistas y empresarios—, a los que jamás se les tomó en cuenta su opinión por parte de los tribunos locales.
Como se sabe, algunas leyes requieren la realización de foros de consulta previos a su autorización y entrada en vigor; en especial, si algún sector de la sociedad está directamente involucrado, como es el caso. De manera, pues, que a la Comisión de Comunicaciones y Transporte, que es presidida por la panista Yulenny Cortés León, le correspondió haber llevado a cabo la consulta popular respectiva, cosa que nunca hizo.
La comisión de la blanquiazul Yulenny Cortés, más preocupada en convertirse en candidata de su partido a presidenta municipal de Villa de Álvarez, debió haber sido apoyada por las siguientes comisiones: la de Estudios Legislativos y Puntos Constitucionales y la de Gobierno Interno, encabezadas por el calvito Arturo García Arias y el enanín Martín Flores Castañeda, respectivamente. Al final, ninguno de los que presiden las tres comisiones movió alguno de sus varios dedos que tienen distribuidos entre pies y manos.
Así, dentro de las facultades constitucionales que posee, el Ejecutivo es el que terminó por hacer la tarea que le correspondía al Legislativo: ni la acelerada Yulenny Cortés, ni el calvito García Arias ni el enanín Flores Castañeda cumplieron con su obligación primigenia de “legislar”, pese a que cobran bastante bien por hacerlo.
El gobernador se reunió este lunes 7 de julio en el Complejo Administrativo con los que están vinculados a la Ley chaleco, donde hubo propuestas que se tomarán en cuenta en la modificación que se hará; por ejemplo, que el artículo 15 bis incluya a las motocicletas en un Registro Público, similar al Registro Público Vehicular (REPUVE), y que se establezca como obligación para poder circular dentro del territorio colimense, estar inscrito en él.
Además, tendrá que retirarse la disposición de que los ocupantes de las motocicletas deberán portar un chaleco con una réplica de la matrícula, la principal causa de la inconformidad.
En mesas de trabajo propuestas por Mario Anguiano se deberán tomar algunas otras medidas, a saber: que las motos de todos los tipos, sin excepción, tengan placa, que se prohíban permisos provisionales y de placas provisionales, que se implemente un programa de regularización de licencias de motociclistas, que el próximo reemplacamiento vehicular se expida una placa de mayores dimensiones para las motos, etcétera.
En fin: la forma en que se trató a los motociclistas, por parte del gobierno estatal, dista mucho de la que fue dada por los insensibles legisladores. Así, pues, la Ley chaleco tuvo que dar el natural reculón, pese a los inútiles diputados.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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