CONCIERTO POLÍTICO

BIBIANO MORENO MONTES DE OCA | Opinión | 17/06/2014

FIN DEL ABSURDO. Desde el inicio de la falsa huelga de hambre iniciada por el depuesto líder del SUTUC, Leonardo Rey de copas Gutiérrez Chávez, junto a sus ocho apóstoles que lo acompañaron en su aventura, aquí hice notar jocosamente lo absurdo de un movimiento que ya desde entonces pintaba para convertirse en una grotesca farsa, lo que al final resultó ser una realidad.

Así, hice notar que el cuento de Franz Kafka, Un artista del ayuno, me resultaba parecido al movimiento del Rey de copas Gutiérrez Chávez, aunque por otras razones, que a continuación contextualizo. El 3 de mayo del presente año escribí en esta columna de culto lo que sigue:

“Como se sabe, Franz Kafka es el autor del absurdo por antonomasia; pero de haber sido mexicano, es lugar común sostener que hubiera sido un escritor costumbrista. De hecho, su pueblo de origen hubiera sido alguno que se llamara Kafkahuamilpa. Sin embargo, como no es de México, el autor de El proceso seguirá siendo por siempre el escritor del absurdo.

“En Colima, no obstante, el Rey de copas Gutiérrez Chávez viene a ser todo un elemento kafkiano; básicamente, se apega al personaje central del cuento Un artista del ayuno, que durante años sirvió de atracción de un circo que lo exhibía en una jaula rodante ante el público. La razón por la cual ayunaba el personaje, confesada poco antes de morir y ser sustituido por una hermosa pantera, fue ´porque nunca encontré comida que me agradara´.

“Resulta absurdo que alguien no hubiera encontrado nunca alimentos que le resultaran agradables a su paladar, además de la amarga ironía (de) haber sido sustituido por algo más atractivo para el público del circo, como lo es la pantera. La respuesta del defenestrado líder sindical de los trabajadores de la Universidad de Colima, empero, sería muy distinta al tratar de justificar su huelga de hambre iniciada en el jardín Libertad de la capital colimense:

--Porque nunca me gustó la botana que me servían en los botaneros”.

De manera, pues, que lo que inició como una farsa, como farsa terminó. Más aún: todo comenzó con un circo (con un artista del ayuno como parte del atractivo para el público), hasta que el circo se tuvo que levantar por la falta de clientela. Bueno, en este caso particular, por el desinterés de los colimenses hacia un movimiento que sabían envenenado desde el principio.

Cuando los “disidentes” del SUTUC solicitaron el diálogo con el gobernador del estado y con el rector de la casa de estudios, Mario Anguiano Moreno y Eduardo Hernández Nava, respectivamente, y después reiteradamente lo “reventaron”, la sociedad colimense se percató que todo se reducía a caprichos del Rey de copas Gutiérrez Chávez, bendecido desde las alturas por perredistas y morenazis, que tienen las manos metidas hasta el fondo.

Levantar la carpa de circo que estuvo instalada frente a Palacio de Gobierno por más de 40 días fue una decisión sensata del ex líder sindical y sus apóstoles, pues aunque se malpasaban con la alimentación, era obvio que no se apegaban a las normas internacionales exigidas para efectuar una verdadera huelga de hambre. Estaban jodidos, sí, pero podrían haber durado meses así, evidenciando lo falso del movimiento.

Sí, porque al final de la historia, ya no era el FOSAP o alguna otra supuesta irregularidad la bandera a enarbolar, sino la cínica petición de restituir en el cargo al Rey de Copas Gutiérrez Chávez, pues ya se había acostumbrado a medrar de las cuotas sindicales y del patrimonio de los trabajadores sindicalizados. Por lo que toca a sus aguerridos seguidores, tanto entre “disidentes”, perredistas y morenazis, todos ellos sólo buscaban continuar con sus privilegios, como buenas rémoras que son.

Así, pues, en lo que se refiere a la farsa del depuesto líder del SUTUC, cayó el telón. O si se quiere más kafkiano el asunto: este fue el fin del absurdo. Y ahora, a lo que sigue.