Ellas o ellos, cualquiera que sea el sexo eso no importa ahora, nacieron hace ya 28 años pero en familias distintas, unas familias integradas por papá y mamá pero con pensamientos muy diferentes.
En el primer caso el día de su nacimiento fue un golpe duro para sus padres ya que al ser el primer hijo ya tenían todo preparado, pero luego de un trabajo de parto por parte de la mamá el bebé por fin lloró y las lágrimas de alegría de la madre se escaparon.
Pero en el momento en que el médico revisó al recién nacido se percató de la enfermedad con que nació y tuvo que explicárselo a la señora que esperaba ansiosa tener a su criatura entre sus brazos para llenarlo de besos, de amor, de ternura.
El síndrome de Down impacta a cualquiera y sobre todo cuando no esperas que tu hijo o hija nazca con él y para la mamá fue un golpe duro, tremendo que la dejó en estado crítico.
Pero con las fuerzas que solo una madre puede sacar se repuso y abrazó a su criatura y la llenó de amor, de cariño, de bendiciones y le juró que nunca lo dejaría ni lo abandonaría y que siempre estaría para apoyarle en todo lo que necesitara.
El papá por su parte no quiso aceptar el trastorno con que nació el bebé, fue difícil reconocer que su primer descendiente padecía el síndrome. Pero poco a poco lo fue aceptando y también lo llenó de amor.
Los padres orgullosos de tener a su bebé decidieron no esconderlo, enfrentaron a una sociedad que aun señalaba a los niños con síndrome de Down.
Con el orgullo reflejado en el rostro casi a diario lo llevaban al parque, al jardín, a muchas partes y el niño fue socializando y poco a poco fue aprendiendo cosas, fue platicando seguro de sí mismo, aprendió a leer y escribir e incluso aprendió a trasladarse en el transporte público.
Ahora ya con 28 años de edad asegura que es una persona adulta, realiza todas las labores que se le encomiendan, siempre y cuando se le enseñen si es que no las ha realizado.
Tiene un trabajo estable en donde gana su dinero y apoya a su familia con los gastos del hogar.
En el otro caso es todo lo contrario, cuando el bebé nació ocurrió lo mismo, el médico les explicó la situación, solo que en esta ocasión los padres no lo aceptaron y hasta la fecha siguen sin hacerlo.
Ellos decidieron llevarse al bebé a su casa en donde lo dejaron en una recámara, sólo lo alimentan, no le hablan y hasta el momento nunca ha salido a la calle, es decir su mundo se centra en su casa.
Ahora con sus 28 años de edad no se puede valer por sí mismo, necesita siempre de una persona que lo cuide, que le haga las cosas, pues debido a que nunca le enseñaron a convivir, a hablar y los papás viven felices sin preocuparse por esta persona.
Situaciones de la vida, mientras que unos papás tuvieron el valor de enfrentar el problema y resolverlo en beneficio de su hijo, los otros decidieron no hacer nada para que su bebé tuviera las armas y elementos para enfrentar un mundo, una vida y una sociedad que, en ocasiones, es compleja.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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