“DESDE LA COLUMNA DE ORIENTE”
En el arte de escribir una columna nadie tiene la razón, lo más importante es la humilde opinión, que no es más que el reflejo de la inquietud por el bienestar social.
La columna es la voz de la conciencia que resuena en la mente, volviéndose letras, tomando valores simbólicos, reproduciendo la percepción humana del universo, de nuestra problemática social y reflejando las complicaciones que como individuos nos aquejan.
El Columnista escribe y rescribe, borronea, subraya, traza para no pensar repetidamente en los temas que vive y ve a diario, que quisiera como en el papel poder borrar y no sobrescribir sino reinventar las letras, vocales y consonantes, diptongos y triptongos.
Conjugar ideas con palabras en sentido estricto monosémicas, y volverlas polisémicas, hacer de la vida un gran significado y de la semántica y del lenguaje figurado, el fin de la razón.
Quienes escribimos sabemos nuestro compromiso social y lo que representa la buena información, así como lo trascendente que es expresar nuestra opinión, respetar la individualidad y a la vez conocer a ciencia cierta el derecho constitucional a la libertad de expresión.
Para muchos columnistas como para mí, escribir es un honor, saber que la expresión de la verdad sabida es una herramienta de cambio y la opinión finalmente es el resultado del análisis que lleva al lector indubitablemente a su propia y muy personal interpretación.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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