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NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 23/09/2012

EL ESTORNUDO DE ALLÁ, ES PULMONIA ACÁ

El Partido Republicano se ha caracterizado por representar los enormes intereses del poder económico estadounidense, incluidas las transnacionales (militares, farmacéuticas, industriales, etc.), lo que unido al conservadurismo de sus miembros –sucursal norteamericana del vaticano– hace del “partido del elefante” una amenaza para el futuro no solo de de Estados Unidos, sino de todo el Orbe, máxime cuando republicanos como Nixon y Bush Jr., han sido los responsables de las caídas de esa nación.

Un amigo radicado allá, que cuando era menos rico simpatizaba con Obama y los demócratas, en cuanto compró una casa hogar para ancianos y su situación económica mejoró cambió de parecer y ahora ya es prorepublicano, pues Obama, dice, le “inspira desconfianza”. Ante su cambio, le reclamé diciéndole que los que no pueden enviar a sus hijos a escuelas privadas y pagar los seguros médicos también tienen derecho a la movilidad social que representan los estudios, así como a una salud de calidad sin deudas de por vida en caso de atención mayor. Si Romney gana en noviembre, la reforma de salud será impugnada, a pesar de que beneficia al 99% de la población.

Si el republicano gana, lo logrado con el reciente decreto presidencial de Obama de no deportar a los dreamers o soñadores (por lo del “Sueño Americano”), corre peligro, así como la reforma migratoria integral, y dudo mucho que la economía y los empleos se recuperen, pues las fábricas no regresarán de china ni de otros países de Asia y América Latina con mano de obra barata, a donde se las llevaron los capitalistas salvajes que adoran los republicanos.

Sintetizo el pensamiento republicano sobre su postura antiinmigrantes, escrita por un amigo militante de ese partido, idea que refleja cuál es el sentir de la mayoría de los miembros: “Recién fresca la maniobra oportunista del presidente (Obama) de emitir una orden ejecutiva para suspender las deportaciones de los dreamers, la “América profunda” no puede permanecer impasible ante esos ataques a la esencia de la nación, pues debilitan nuestra naturaleza y cultura protestante, responsable de la laboriosidad y disciplina características de casi todas las ex colonias inglesas de predominio anglosajón, pues si dicha población continúa en ascenso, Estados Unidos pronto se convertirá en una sucursal de América Latina, con todos los vicios y defectos de las ex colonias españolas y portuguesas”.

Con esto vemos que no es nada casual ni es al vacio la reiterada declaración de Romney, cuando promete derogar la orden ejecutiva del Presidente en cuanto llegue al relevo. A su vez, la declaración de Obama, respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo, es otra, dicen los republicanos, de sus maniobras oportunistas para ganarse el voto Gay y de los jóvenes, así como de sectores de la izquierdista, lo que “atenta” contra las ideas religiosas de la mayoría, temerosa de que la procreación se vea afectada por tantas parejas del mismo sexo.

Obama, con sus asegunes y aún lejano a las expectativas que generó, ha hecho de Estados unidos al menos un país más amigable, por lo que un retorno de los republicanos al poder significaría el retorno de la política del Policía mundial de Bush hijo, que embarcó al país en la pesadilla de Irak, como su padre en Afganistán. Con Romney, los tambores de guerra volverán a sonar, a tono con la filosofía imperialista de su partido, y, por supuesto, con los enormes intereses industriales y militares del capitalismo salvaje, por lo que si ni el empleo, la economía, los servicios de salud, ni la situación de los indocumentados y sus hijos mejorarán bajo las patas del elefante, mejor será no permitirle llegar.