BITÁCORA REPORTERIL

Administrador Colimapm | Opinión | 11/05/2022

PRIORIDADES DEL PRESIDENTE

POR: César Barrera Vázquez

¿Podemos afirmar que la seguridad, la economía, la educación, la salud y combatir la pobreza son verdaderas prioridades del presidente López Obrador? Si es así, ¿por qué se ha retrocedido en todos estos rubros? ¿Por qué no hay buenos resultados o avances como cuando se trata de construir las obras insignia, impulsar una revocación, defender a su partido o polarizar?

Un ejemplo: el presidente concentra una gran parte de su tiempo en atacar a sus adversarios. Eso lo vemos y constatamos de lunes a viernes, de siete a nueve de la mañana, en los canales públicos del estado mexicano y en sus redes sociales oficiales. Es, esta actividad, claramente una prioridad del gobierno y se le invierten cuantiosos recursos públicos. 

Ahora bien, ¿esta actividad ayuda o reporta algo positivo para la población? ¿Propicia un ambiente de civilidad política o de confrontación? ¿Construye diálogo o polarización? La experiencia nos demuestra que la sociedad está dividida entre los que están a favor y los que están en contra del presidente, sin admitir una región intermedia en el discurso presidencial.

Por eso es importante, más allá de este maniqueísmo, cuestionarnos y reflexionar si las prioridades del presidente están bien definidas y reflejan, genuinamente, las necesidades y prioridades de la población.

¿Qué le interesa más a la población de México vivir con seguridad o tener un aeropuerto, un tren o una refinería? ¿Que su quincena le alcance o que el presidente sea el segundo más popular en el mundo? ¿Que sus hijos tengan una educación de calidad o que la gasolina sea de las más baratas de la OCDE? ¿Que en los centros de salud tengan las medicinas que requieren los enfermos o que se ahorre mucho dinero acosta de la integridad de los pacientes?

Teniendo en cuenta los resultados de este gobierno, pareciera que el problema deriva, entonces, de que el presidente no sólo tiene otros datos, sino también otras prioridades.

Por consiguiente, los resultados no pueden ser distintos: la violencia homicida aumentó un 40 por ciento respecto al sexenio anterior (de diciembre de 2018 hasta febrero de 2022 se han registrado más de 110 mil homicidios dolosos y más de 3 mil 100 feminicidios), por lo que se está a 13 mil homicidios de superar lo que se registró en todo el sexenio de Peña Nieto, y sólo ha transcurrido el 63 por ciento de la administración de López Obrador.

Igual en pobreza, ésta aumento en 3 millones 800 mil personas que pasaron de ser clase media a pobre o de pobre a pobreza extrema. Lo mismo también sucedió con la economía que no ha crecido durante lo que va del gobierno de AMLO, lo cual se refleja en precarización laboral y la pulverización de los salarios con la inflación más alta en los últimos 21 años.

No hay una generación de empleo y lo anterior se comprende en su magnitud si se compara que durante el gobierno de Peña se generaron más de 4 millones de empleos, lo que llevó a que el seguro social registrara, en el 2018, 20 millones 350 mil derechohabientes.

En contraste, a más de cuatro años del gobierno de López Obrador se tienen registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) 21 millones 5 mil 85 trabajadores. Es decir, ha generado solamente 655 mil 085 empleos formales. ¿Con esos resultados, podemos decir que es una prioridad de su gobierno el empleo, la seguridad, el salario de los mexicanos y el crecimiento económico?

¿Por qué otros gobiernos tuvieron mejores resultados y éste retrocede, fracasa y empeora la situación a como se vivía antes? En contrapartida a esto, el presidente ha tenido éxito en mantener una imagen popular, producto de los recursos que manda directamente a beneficiarios de programas de carácter asistencialista; así como en impulsar una revocación de mandato, en “nacionalizar” el litio, en construir un aeropuerto y en destruir la selva para poner vías férreas del tren maya.

Todos esos resultados, ¿responden a las prioridades de la población? ¿Qué tengas un presidente popular resuelve los problemas estructurales del país? De ahí la importancia de que el presidente reflexione, en lo que le resta de su gobierno, si realmente está priorizando los recursos y acciones de su gobierno a las necesidades principales de la población.

DOS PUNTOS

En Colima, las Universidades del Bienestar han sido un fracaso, como en otras entidades del país. Sus nulos resultados están bien documentados, pero como se trata de un proyecto insignia del presidente López Obrador se les sigue catalizando recursos. La austeridad y el ahorro también significa invertirle dinero a lo que funciona y da resultados. Otra vez, si realmente fuera prioridad del presidente ayuda a las universidades públicas y garantizar el acceso universal a la educación superior, entonces debería ampliar los recursos a la Universidad de Colima para que este aumente su cobertura. Nuestra máxima casa de estudios ya está consolidada a nivel nacional e internacional y tiene, esa sí, una gran demanda: muchos compiten por formarse en sus aulas.