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NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 02/12/2011

PAN, ASÍ DEL PRECIPICIO

Ciertamente, lo que hasta hace días era debilidad en el PAN podrían transformarlo en fortaleza, si sus aspirantes hacen una competencia de nivel. A saber, esta vez no realizarán una elección por etapas, como en la presidencial anterior, sino definirá todo por el todo el 5 de febrero, con la posibilidad de una segunda vuelta días después, de no obtener alguno de los contendientes mayoría absoluta.

Así, ante la reforma electoral del 2007, el PAN pudiera tener, si lo saben capitalizar una ventaja al menos virtual sobre los otros dos partidos fuertes, el PRI y el PRD que no tendrán competencia interna, pues los blanquiazules si se podrán promover con spots de radio y televisión durante los dos meses de precampaña oficial. Con dicho escenario se debe pensar en los riesgos y entre estos el más susceptible es el que uno o más de los contendientes no reconozcan la legitimidad del virtual ganador, que como se ve será Borrego, inconformidades que desde ya se han venido manejando, como los padrones abultados de los lugares donde gobierna el PAN, como en Jalisco. El escándalo esta a la vuelta de la esquina.

Es de aclarar teniendo como antecedente el pasado inmediato que el que se cree ganador por encuestas suele estar equivocado, la experiencia dice que adelantar, por simples impresiones, qué resultado va a arrojar una contienda interna tiene un alto grado de equivocación. Esta vez, a diferencia de la presidencial anterior el PAN no puede darse en lujo de creer que se meterá automáticamente en segundo lugar y que cosechará votos útiles. Que no apueste el PAN a que sus adversarios le hagan el trabajo. El partido del gobierno arranca en plena desventaja. Hay un verdadero hartazgo social por la inseguridad, que apenas ayer aquí en Colima y en Villa de Álvarez nos dio otras dos muestras.

La historia muestra que para ganar la postulación tanto en el PAN como en el PRI, a veces hay que mostrarse rebeldes con la nomenclatura partidista, porque en el militante común el gen de la oposición es más fuerte que el de la disciplina. No basta con eso, aunque parece ser una condición. Hasta ahora, de los tres aspirantes, uno ha marcado su distancia desde que arrancó, u8n Creel al que no le ha quedado de otra luego de su derrota y los escándalos que le han hecho públicos y el otro, que ha sido calderonista hasta la abyección, el Delfín Cordero. Sin duda “El hombre del Presidente”.

Entre los dos, la suave José, la que desde mi óptica es a la panista que en las urnas derrotarán el carismático candidato que, nos guste o no, nos ha fabricado Televisa y el eterno Peje, quienes en este momento hacen el 1,2. José se ha preocupado por caer bien a todos, con su sonrisa congelada y gestos sobre estudiados. Quizá por ello, sus colaboradores destacan por contener lo más granado entre los extremos ideológicos de que haya cuenta. En mi opinión es urgente que se defina Josefina, que fije posturas y hable claro, tanto al interior de su partido como al exterior con los posibles simpatizantes y eventuales electores.

Lo que si queda definido es que a estas alturas el blanquiazul no debe permitirse convertir su contienda interna en una lucha de lodo y porquerías a las que nos tiene acostumbrados. Debe aprovechar la única alternativa que les queda para realmente ser protagonistas y aparecer dignamente en las boletas por la silla presidencial, deben mostrar que son un partido moderno, de ideas y debate de altura, alejándose de la tentación de darle vuelo contra sí mismos a su ya legendaria y ruin “Ave azul”.