LA PANGA

MAYAHUEL HURTADO | Opinión | 08/01/2020

LA GUERRA, LA POLÍTICA ELECTORAL FAVORITA DE ESTADOS UNIDOS…

A lo largo de la historia del mundo, los Estados Unidos de América han empleado la guerra no solo como una alternativa de expansión de su poder, sino además desde la forma de hacer política para ganar adeptos electorales y si nos vamos a las hemerotecas y lo que registra la historia encontraremos la Guerra del Golfo Pérsico misma que se desarrolló del 2 de agosto de 1990 al 28 de febrero de 1991, esto inició con la invasión iraquí a Kuwait, en respuesta  una fuerza de coalición autorizada por las Naciones Unidas, compuesta por 34 países y liderada por Estados Unidos, respondieron con la operación militar Tormenta del Desierto.

En ese tiempo el presidente George Bush capitalizó el evento bélico para sumar adeptos electorales; mientras que el extinto presidente Sadam Hussein pretendía perfilarse como líder del mundo árabe, su homólogo estadounidense vendió la idea al mundo de defender a una nación que estaba siendo sometida de una forma cruenta bajo el tema del petróleo, aunque hasta el día de hoy las causas y el nombre de dicha guerra siguen siendo una controversia; sin embargo la raja política del tema fue totalmente aprovechado por el régimen de Bush en aras de buscar las simpatías de los estadounidenses.

Años posteriores en 1998 un escándalo político-sexual en la Casa Blanca protagonizado por el presidente Bill Clinton de 49 años  y una empleada de nombre Mónica Lewinsky de 22 años, invadió los medios de comunicación a nivel internacional, ya que Lewinsky declaró haber tenido encuentros sexuales con Bill Clinton en nueve ocasiones de noviembre de 1995 a marzo de 1997, estas declaraciones llevaron finalmente al juicio político por perjurio del presidente Clinton en ese año por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Con una imagen desgastada el presidente Clinton requería de una estrategia que ahogara el escandalo y optó por la misma medida que su predecesor George Bush.

Se inició una campaña de bombardeos realizados por Estados Unidos y Reino Unido en Irak, la Operación Zorro en el Desierto como fue nombrada se desarrolló del el 16 al 19 de diciembre de 1998. El argumento del ataque militar fueron la incapacidad de Irak de cumplir las resoluciones de la Naciones Unidas y la interferencia de la comisión de inspectores de las Naciones Unidas; ya que las relaciones entre Sadam Hussein y Bill Clinton empeoraron y el presidente estadounidense dio la orden de bombardear Irak como mecanismo preventivo de la amenaza que representaba este país de medio oriente, por albergar armas de destrucción masiva. Y bajo ese criterio Clinton no solo borró el vergonzoso episodio del escándalo de la Casa Blanca, sino que además, ganó la aceptación de los ciudadanos estadounidenses tras esta medida.

Sin embargo durante el mandato del presidente George W. Bush tenemos un nuevo episodio donde la guerra fue utilizada como un mecanismo de defensa, pero con un trasfondo político-electoral, para ello debemos retornar en la historia para recordar los cuatro atentados terroristas-suicidas del 11 de Septiembre de 2001, me refiero a los encabezados por la red yihadista. Al Qaeda que mediante el secuestro de aviones comerciales para ser impactados contra diversos objetivos causaron la muerte de 3016 personas, incluidos los diecinueve terroristas, la desaparición de veinticuatro y más de seis mil heridos.

Los ataques fueron los siguientes: la destrucción de todo el complejo de edificios del World Trade Center, más notablemente las Torres Gemelas de Nueva York y graves daños en el edificio del Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. El cuarto avión, perteneciente al vuelo 93 de United Airlines, no alcanzó ningún objetivo al haberse estrellado en campo abierto, cerca de Shanksville, en Pensilvania, tras perder el control en cabina como consecuencia del enfrentamiento de los pasajeros y tripulantes contra el comando terrorista. Este último tenía como objetivo el Capitolio de los Estados Unidos, ubicado en la ciudad de Washington D.C.

Comenzó el 7 de octubre de 2001 con la «Operación Libertad Duradera» del Ejército estadounidense y la «Operación Herrick» de las tropas británicas, lanzadas para invadir y ocupar el país asiático. La invasión se desató en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, de los que este país culpó a Osama bin Laden. Para iniciar la invasión, Estados Unidos se amparó en una interpretación peculiar del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, relativo al derecho a la legítima defensa. En una guerra que duró del 7 de octubre de 2001 al 28 de diciembre de 2014, una duración de 13 años, 2 meses y 21 días. El 28 de diciembre de 2014 el presidente de los Estados Unidos Barack Obama dio por finalizada la misión de la ISAF-OTAN en Afganistán.

Es mucha coincidencia que siempre que algún presidente de Estados Unidos busca reelegirse en el cargo, o tiene en sus espaldas una investigación de juicio político, siempre se usa como pretexto inventar o fabricar alguna guerra o invasión contra países de medio oriente. En México debemos de estar contentos, porque Donald Trump enfocará sus energías en oriente medio y dejará de darnos lata a los mexicanos, con sus absurdas políticas que son usadas para nutrir su administración o Reality Show que es lo mismo. Este planteamiento de Trump es considerado un suicidio económico, político y militar, por no estar en condiciones para llevar a cabo este ataque. Esperemos que no le salga el tiro por la culata, o como dicen en el mundo árabe, que la Justicia Divina le cobre todas las guerras juntas. Al tiempo.