BITÁCORA REPORTERIL

CÉSAR BARRERA VÁZQUEZ | Opinión | 20/08/2019

EL ABSURDO

Sin justicia difícilmente se puede consolidar nuestra democracia y avanzar a mejores niveles de bienestar. Por eso preocupa que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador utilice --como en su tiempo lo hizo en Enrique Peña Nieto con Elba Esther-- el sistema de justicia para saldar cuentas con quienes en el 2004 difundieron los video-escándalos que tanto dañaron su imagen y mostraron la corrupción de su primer círculo político, mismo que lo sigue acompañando ahora en el gobierno de la república.

En la anterior colaboración expusimos que ni siquiera cuidan las formas, porque el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna (quien vinculó a proceso a Rosario Robles por el delito de ejercicio indebido del servicio público y le dictó prisión preventiva, aunque el delito es menor y no lo ameritase) es sobrino de la diputada de Morena Dolores Padierna Luna, esposa de René Bejarano, mejor conocido como el señor de las ligas, ambos enemigos de Rosario Robles.

El juez Delgadillo Padierna decretó prisión preventiva, en una medida excepcional, pues nunca justificó jurídicamente el riesgo de fuga: Rosario Robles pudo sustraerse de la acción judicial, pero no huyó, no fue capturada en cumplimiento de una orden de aprensión, sino que compareció libremente ante el juez; se sometió de manera voluntaria a la ley, misma que le confiere el derecho de llevar el proceso en libertad.

Ahora resulta, de acuerdo a la interpretación del juez Delgadillo Padierna, que tener simultáneamente dos o más domicilios, lo que es totalmente legal y muchos así los tienen, constituye un indicio de fuga. El juez, con esto, violó el derecho de la presunción de inocencia y, por lo tanto, el debido proceso. ¿No habría sido mejor, salvaguardando el derecho de presunción de inocencia que todos gozamos, haberle impuesto un localizador electrónico o retenerle su pasaporte?

El lazo consanguíneo entre el juez y los Padierna-Bejarano --sus tíos y enemigos políticos de Rosario Robles—lo impide para continuar en el proceso legal contra la ex titular de la Sedesol, pues en el artículo 146 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, fracción II, refiere entre los impedimentos para conocer de los asuntos “tener amistad íntima o enemistad manifiesta”, como lo es el caso de sus tíos, Dolores Padierna y René Bejarano contra Rosario.

No se busca hacer justicia y combatir la impunidad, castigando la corrupción, sino utilizar al sistema para ensañarse con opositores al actual régimen. Y es que si realmente se buscara hacer justicia se investigaría y fincarían responsabilidades no sólo a una funcionaria, sino a todo el esquema que hizo posible la estafa maestra.

Porque un hecho es incontrovertible, ante la solidez de pruebas aportadas por la Auditoría Superior de la Federación: hubo un desfalco a la nación por más de 5 mil millones de pesos. No se trató de una conducta individual y aislada, sino de acciones bien predeterminadas y concertadas entre funcionarios federales, autoridades de universidades públicas y terceros a través de empresas fantasmas.

Por eso resulta un absurdo que se finque sólo responsabilidades a una funcionaria, por un delito menor, cuya gravedad no amerita ni prisión preventiva (aunque ahora está en la cárcel). Parece que también en los tiempos de la 4T, la justicia brillará por su ausencia.

Dos puntos

El colmo de esta telenovela escenificada por el gobierno de la 4T: el viernes se anunció de la captura del empresario Carlos Ahumada, ex pareja sentimental de Rosario Robles y quien grabó el video de René Bejarano cometiendo actos de corrupción al guardarse millones de pesos en fajos de billetes, motivo por el cual estuvo ocho meses en prisión y la imagen de López Obrador y su primer círculo político tuvo un daño irreversible. El empresario argentino fue capturado en Buenos Aires por la policía de su país a petición de la fiscalía mexicana bajo un cargo caduco de defraudación fiscal. Menos de 24 horas después, el Juez ordenó su inmediata liberación por lo “absurdo del caso”. Cuando se buscar hacer justicia hay elementos y argumentos incontrovertibles; para la venganza cualquier pretexto es válido. Éste es el caso.