PUPITRE AL FONDO

BLANCA F. GÓNGORA | Opinión | 08/08/2019

SEGURO DE SALUD PARA EDUCACIÓN MEDIA Y SUPERIOR

¿Y LOS DE EDUCACIÓN BÁSICA?

En la prensa nacional y alguna local se anunció lo que ya muchos sabemos: que los estudiantes de Educación Media (bachillerato o equivalente) y los de Educación Superior (licenciatura, especialidad o postgrado) de instituciones públicas, tienen derecho al Seguro de Salud para Estudiantes que se brinda a través del IMSS. No hay límite de edad, ni restricción respecto a las enfermedades que atiende. Da derecho a recibir atención médica, farmacéutica y hospitalaria e incluye también a estudiantes embarazadas brindándoles además lo referente al control del embarazo y parto, pero una vez nacido el bebé, el seguro ya no se extiende al bebé, porque como su nombre lo indica es Seguro de Salud para Estudiantes. Lo más lamentable es que ni esos bebés ni los niños y niñas de Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria) cuentan con un Seguro de Salud. A lo mucho, y por gestiones propias de algunos gobiernos (Estado de México y Tamaulipas por ejemplo) o por gestiones y decisión de directores y aceptación de pago por los padres de familia de escuelas públicas (como la primaria Patricio Araujo T.M. en Colima y sin duda algunas otras) contratan con aseguradoras los cada vez más famosos Seguros Escolares contra Accidentes, que si bien son una alternativa de prevención, son más los puntos de exclusión que lo que realmente amparan. Es decir la “letra chica” de dichos seguros, por lo general, dejan mucho qué desear pues no aplican durante vacaciones, días festivos, fines de semana, padecimientos preexistentes, sucesos provocados por el mismo alumno (tragarse una moneda, introducirse objetos al oído o nariz, etc.), ni en lesiones por infección. No cubre golpes simples (moretones superficiales, heridas no sangrantes como rasguños, arañazos ni raspones), y lo que es peor, tampoco ninguna enfermedad corporal ni mental, ni contagios de enfermedades que se hayan contraído en la escuela. Es decir, nuestros niños están desamparados y por ende el principio del interés superior de la niñez y la adolescencia queda sin garantía porque están siendo desprotegidos de gozar, como los estudiantes de los niveles arriba mencionados, de un Seguro de Salud para Estudiantes, lo que, desde mi punto de vista se convierte en discriminación o exclusión.

Si bien por ser menores de edad, dependen de sus padres y de los servicios de salud a los que estos tengan alcance, esto agranda el problema pues como bien sabemos hay muchas familias sin tener este derecho garantizado lo que desemboca en el desamparo de nuestra niñez, desamparo que como maestros y como padres de familia no debemos tolerar más y debemos presionar, debemos exigir a nuestros gobernantes y legisladores a generar políticas públicas que prioricen completamente los derechos de los niños y niñas entre ellos el de salud.  Pongámonos exigentes y no aceptemos (si es que se les ocurre al Gobierno Federal o a más Gobiernos Locales) que solo les brinden Seguro Escolar por Accidente, estos son insuficientes para todo lo que la niñez, por su edad, está expuesta a padecer. Es tiempo ya que nuestros niños, por el simple hecho de serlo, tengan derecho a recibir al menos lo mismo que los estudiantes de Educación Media y Superior: atención médica, medicinas y hospitalización de forma gratuita y sin restricciones pues nuestros niños y niñas también lo necesitan.

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