BITÁCORA REPORTERIL

CÉSAR BARRERA VÁZQUEZ | Opinión | 07/08/2019

ALGO SE DEJÓ DE HACER

Hay mucha mezquindad política, perversión partidista, de quienes minimizan el hecho de que 13 mil personas salieron de su situación de pobreza durante el actual gobierno de Ignacio Peralta. Son 13 mil personas que tiene mejores condiciones de vida y que progresaron a un mejor estadio de desarrollo social. Eso es inobjetable.

Hay dolo en quienes reniegan de esta cifra, pero sueltan cohetes con un crecimiento económico marginal, prácticamente nulo, del 0.1 por ciento. Un hecho también es incontrovertible: del 2008 al 2016 se dio unos de los mayores crecimientos negativos de pobreza, pues de 173 mil 400 personas en esa situación aumentaron a 248 mil 700.

Algo se dejó de hacer, se hizo muy mal, durante ese periodo, cuyo análisis no puede exentar también la crisis económica que se sufrió durante el 2008, por la caída de la economía de Estados Unidos.  Seguramente fueron factores que convergieron y generaron ese crecimiento negativo de la pobreza en México, especialmente en Colima: la crisis internacional y la implementación de una mala política pública para combatir la pobreza.

Por otro lado, al iniciar su administración en el 2016, Ignacio Peralta recibe un estado donde más de 248 mil personas viven en pobreza. En dos años de gestión logra reducir esta cifra a poco más de 235 mil. Aritméticamente, nada se le puede reprochar al gobierno del estado: disminuyó la pobreza, lo que no sucedió en la anterior administración.

No se trata, tampoco, de un logro único del gobernador, sino de las instituciones, de los niveles de gobierno que en su momento realizaron sinergias y articularon programas, algunos transversales, que incidieron de manera positiva y propiciaron condiciones idóneas para que las personas, con su esfuerzo propio, mejorasen su condición social.

Al final de cuentas de eso se trata: de que el gobierno genere las condiciones ideales para que existan empleos de calidad, así como una mayor formación académica y profesional. Esa es la respuesta y no, como se ha empecinado el actual gobierno de Andrés Manuel, en robustecer el aparato asistencialista, ideal para la coacción del voto, pero no para reducir la pobreza.

En todo caso, a quienes deben preocupar estas cifras es al gobierno de la cuarta transformación, cuya plataforma de gobierno se fundamenta en combatir la pobreza. De hecho, todo el discurso de Andrés Manuel orbita alrededor de este tema; el de seguridad es tangencial, porque de acuerdo al presidente es un efecto de la pobreza, un síntoma de este padecimiento social.

Ahora bien, la situación es azas compleja para Andrés Manuel, porque si con los crecimientos económicos de 2.4 promedio anual del último sexenio no se logró reducir de manera significativa la pobreza (sólo bajó 2.5 en el 2018 en comparación con el porcentaje registrado en el 2008), ¿cómo le va hacer para reducirla más con crecimiento económicos del 0.1 por ciento?

De ahí la importancia de contar con instituciones como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), tan importante para evaluar la efectividad de las políticas públicas en combate a la pobreza y que, ahora, el gobierno de la cuarta transformación ataca reduciendo su presupuesto un 7 por ciento menos que el 2018.

El presidente ya ha insinuado su intención de desaparecer el Coneval, en aras de la austeridad republicana. Y lo anterior tiene su lógica, porque así no quedarían en evidencia la inefectividad de programas como Jóvenes construyendo el futuro, su principal programa social.

Por ahora los números, la realidad, no ha sido benigna con el presidente y la 4T: nulo crecimiento económico, altos índices de asesinatos y delitos, disminución de empleo, etcétera.

DOS PUNTOS

Hermilo Sabino Flores, actual presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, es una de las personas más preparadas, académica y profesionalmente, para seguir atendiendo el tema de derechos humanos. No sólo ha sido eficiente en términos de la administración pública, también cualitativamente ha mejorado el trabajo de esta comisión y fortalecido su vinculación con instituciones públicas y privadas. Vamos a ver si los diputados sopesan más la formación de una persona y sus buenas intenciones a los intereses partidistas y de grupo. Esa es su prueba de fuego: ver si se diferencian de las legislaturas anteriores o si operan igual.