BITÁCORA REPORTERIL

CÉSAR BARRERA VÁZQUEZ | Opinión | 19/07/2019

COPIP

Hace dos años me invitó el periodista Arnoldo Delgadillo a ser su suplente como secretario ejecutivo de la Comisión General de Protección Integral para el Ejercicio Periodístico (COPIP). Recientemente, volvió a refrendarme como su suplente para el periodo 2019-2021, confianza que le agradezco a mi amigo y colega.

Conozco a Arnoldo desde la licenciatura en periodismo de la Universidad de Colima, hace ya más de una década, y cimentamos la amistad ya como reporteros en AFmedios, empresa en la que compartimos el quehacer reporteril; yo en la fuente del gobierno del estado y él en la del congreso local.

En los dos años que estuve en la COPIP, cuando el periodista Juan Carlos Flores era presidente, sólo en dos ocasiones lo suplí, lo que acredita la entrega y responsabilidad de Arnoldo como secretario ejecutivo. Fueron dos años, me consta, de intenso trabajo, a pesar de las limitaciones e insuficiencias inherentes en una comisión de reciente creación y que aún está en proceso de consolidarse.

Más allá de cualquier diferencia de carácter personal en el gremio periodístico, todos coincidimos en la importancia de generar condiciones que permitan el libre ejercicio periodístico. De ahí, precisamente, la necesidad de construir de manera conjunta una COPIP funcional, que garantice la protección del trabajo reporteril, indispensable para que la sociedad esté bien informada.

Es importante, en ese sentido, la generación de un protocolo de seguridad para la cobertura informativa, en especial de hechos delictivos, momento en el que más fricciones hay con la autoridad: que tanto los policías no impidan el trabajo de cobertura, así como los periodistas no entorpezcan el trabajo pericial. Que haya un respeto recíproco en ambos trabajos, los dos de igual importancia.

También es importante que la COPIP se consolide como una institución, que tenga presupuesto y la facultad para realmente generar condiciones que faciliten el trabajo reporteril y den certidumbre, seguridad a los periodistas. Ya hay un acuerdo en el congreso local para que realmente la COPIP funcione como tal y no sólo sea un membrete, un florero.

Con el tiempo, la COPIP no sólo puede generar condiciones idóneas para el ejercicio periodístico, sino también incentivar el periodismo de investigación y así mejorar la calidad de los contenidos informativos para la sociedad. Durante el tiempo de Juan Carlos, precisamente, se ofrecieron cursos y talleres para profesionalizar aún más al gremio periodístico en Colima, un hecho positivo y que hay reconocerle al anterior presidente.

Sin embargo, para realmente fortalecer a la COPIP y que haya garantía irrestricta del ejercicio periodístico, no sólo de cobertura sino de alto impacto noticioso, es esencial el respaldo unánime de todo el gremio periodista en el estado. No hay que perder de vista que esto es a futuro, un trabajo de largo aliento, arduo y conjunto, que requerirá el respaldo de todos los que nos dedicamos a esta hermosa profesión.

Cuidar el trabajo periodístico y la seguridad de los periodistas sólo nos importa a quienes nos dedicamos a esta noble profesión. Ni a los políticos ni a los dueños de las empresas noticiosas, mucho menos a quienes por coyuntura e intereses inconfesables lucran con lo mediático, les interesa en realidad. Sólo nos tenemos a nosotros.

DOS PUNTOS

Una vez consolidada la comisión, incluso, podemos llegar, a través de foros y reflexión en conjunto, los mecanismos más idóneos para renovar las próximas dirigencias de la COPIP. Todo se puede mejorar a través del diálogo y el trabajo en conjunto. Hay que ver y pensar en el futuro del periodismo y la trascendencia de su función. Si nosotros no la valoramos, nadie lo hará.