BITÁCORA REPORTERIL

CÉSAR BARRERA VÁZQUEZ | Opinión | 12/06/2019

AUSTERICIDIO

Coincido con el presidente Andrés Manuel que era necesario implementar un plan de austeridad para acabar con el boato y el dispendio gubernamental, pero creo que en lugar de acabar con el gasto ostentoso, lo único que hizo fue afectar la capacidad operativa y de atención de sectores indispensables, como el de salud, sin reducir significativamente el gasto superfluo. 

Es inadmisible que niños con cáncer sufran por la falta de quimioterapias, mientras que en el Concejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) derrocha 15 millones de pesos en la contratación de un menú gourmet. O el gasto de 92 millones de dólares en la adquisición de 671 pipas de gasolina para aliviar el desabasto, pero que ahora son subutilizadas.

De acuerdo a información oficial del mismo gobierno de Andrés Manuel, cuatro programas prioritarios del gobierno federal tienen un subejercicio de 71% de enero a abril.  Los datos indican que de los 17 mil 227 millones de pesos calendarizados en abril para invertir en el programa Jóvenes construyendo el futuro, Personas con discapacidad permanente, Sembrando vida y Universidades para el bienestar Benito Juárez, sólo se han ejercido 4 mil 860 millones de pesos.

Es decir, teniendo en cuenta todo esto, el gobierno de AMLO ha dejado de ejercer siete de cada diez pesos de programas federales. No se trata de ahorros, pues es un gasto ya presupuestado, programado, sino un subejercicio producto de una mala y deficiente programación de los recursos.

La austeridad también ahorca la seguridad pública: en los primeros cuatro meses del año, el presupuesto asignado para la búsqueda de personas desaparecidas y no localizadas tuvo un recorte de un 85 por ciento, al pasar de 32.4 millones de pesos a sólo 4.4 millones de pesos, lo que prácticamente desmantela cualquier esfuerzo institucional para atender esta problemática, esta pesadilla si se toma en cuenta que en el país, de acuerdo a datos de gobernación, hay más de 40 mil desaparecidos.

Este mal diseño de austeridad es generalizado: hay recortes en las becas a deportistas de alto desempeño, en la Semarnat –dependencia encargada de vigilar el adecuado cuidado al medio ambiente--, en la Conafor –lo que aumentó el número de incendios y generó una contingencia de salud pública en la Ciudad de México--, en la desaparición de Guarderías –lo que generó una ola de denuncias en la Comisión Nacional de Derechos Humanos—y en los refugios de violencia contra mujeres.

La tijera de esta mala política de austeridad le ha costado la chamba a muchas personas, no directores ni funcionarios de alto nivel, que fueron los menos, sino trabajadores de contrato, operativos que de un día para otro pasaron al desempleo y a la indefensión laboral: la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) informó que la tasa de desocupación fue de 3.5% en los primeros tres meses del 2019, lo que significa el mayor registro desde el primer trimestre del 2017, cuando el desempleo fue de 3.5 por ciento.

El gasto público se paralizó con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y ahora el gobierno va a tirar a la basura más de 16 mil millones de pesos, al inundarlo para rehabilitar un lago que dejó de existir en esa zona hace más de 100 años.

¿Con qué razón, fundamento, el presidente Andrés Manuel tiró a la basura este proyecto con un importante avance de construcción e inversiones consolidadas e impulsa, a contracorriente, otros proyectos que no tienen pies ni cabeza, que generan mayor incertidumbre y no convencen a la iniciativa privada?

Ahí está el Tren Maya, cuyo proyecto carece de pre-trazo (pues ignoran los cruces con autopistas, ríos, líneas eléctricas, áreas protegidas y vestigios arqueológicos) y generó más de mil 190 preguntas por parte de empresas interesadas en la licitación, cuestionamientos que evidencian dificultades y contradicciones en esta etapa inicial del proyecto.  

Bueno, ahí está la intención de construir el aeropuerto en Santa Lucía, sin contar con un plan general de construcción, pues cuando hicieron sus diseños no se percataron del cerro de Paula, lo que evidencia la improvisación y falta de seriedad de este proyecto.  Y lo mismo sucede con otros.

Dos puntos

Con eso de que la tarifa cero para automovilista que aplica la Caseta de Cuyutlán se mantendrá de manera “indeterminada”, reactiva las proclamas sociales y enciende los focos rojos de la opinión pública, puesto que todavía hay un proceso jurídico pendiente y todo apunta a que PINFRA busca negociar la ley con esta clase de chantajes. Ante todo, si la SCT está de lado de la empresa concesionaria, que nos responda a los colimenses, con documentos contables válidos, cuánto se ha invertido en la autopista, cuánto costó, cuánto se supone que tenemos que pagar, cuántos ingresos genera anuales genera y en cuánto tiempo estaremos terminando de pagar.