EL VALOR DEL INEGI Y EL FEGEM
Todo un éxito resultó la organización del 2do Foro de Estadística y Geografía para Estados y Municipios, evento de una trascendencia nacional y cuya organización estuvo a cargo del Gobierno del Estado y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Ayer se realizaron paneles y conferencias magistrales, la primera de ella impartida por el diputado federal Mario Delgado, quien propuso (en una exposición inteligente y de las más persuasivas que he escuchado a favor de la Cuarta Transformación) romper paradigmas y construir nuevos indicadores que sustituyan a los tradicionales: es decir eliminar al PIB y sustituirlo por otro indicador que mide el bienestar de la población.
Suena lógico que el gobierno de AMLO busque generar nuevos indicadores que respondan a los objetivos de sus programas, máxime cuando el PIB está vinculado con el Fondo Monetario Internacional y otros entes del tan odiado neoliberalismo. Sin embargo, estos indicadores, estudios, deben reflejar la realidad, y por eso es indispensable el INEGI.
Con soltura, el líder de la bancada de Morena en el Congreso de la Unión rechazó que el gobierno de AMLO improvise y le dio un espaldarazo, en ese sentido, al trabajo de generación de información estadística, censal y georreferenciada del INEGI, esencial para la construcción de políticas públicas.
Uno de los participantes de este foro de resonancia nacional –350 funcionarios y académicos de diversas entidades de la república—cuestionó al legislador sobre los recortes y externó su preocupación de que la tijera también le llegue al INEGI, a lo que Mario respondió sonriendo que los iban a cuidar.
El tema es central, fundamental para que el gobierno, sea municipal, estatal o federal, implemente una adecuada política pública. De ahí el reconocimiento al INEGI y al gobierno del estado por propiciar un espacio de reflexión política sobre el tema de la optimización de políticas públicas.
Es un tema en el cual los gobiernos no deberían escatimar recursos, precisamente aspirando a mejorar las acciones en beneficio de la población: nos cuesta más dinero –o incluso vidas—una mala política pública, que el gasto devengado en generar los estudios necesarios para elaborar un diagnóstico, metas y objetivos, elementos imprescindibles en una adecuada planeación.
Dos puntos
Justo cuando pensé que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador daba un paso significativo para combatir y castigar la corrupción del anterior régimen, con la detención de Ancira y la denuncia contra Emilio Lozoya, resulta que esta denuncia no la presentó el gobierno de la Cuarta Transformación, sino que fue una denuncia impuesta ¡durante el gobierno de Peña Nieto!
Y el mismo AMLO lo confirma: “Si bien es cierto que buscábamos lo que se conoce como punto final y ver hacia adelante, tampoco podíamos cancelar procesos ya iniciados. En este caso se trata de un asunto que fue denunciado desde el gobierno anterior”, el gobierno de Peña Nieto. ¿Por qué si Peña es corrupto su gobierno denunció a Lozoya?
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