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NOE GUERRA PIMENTEL | Opinión | 28/01/2019

ALCALDÍAS, CORTE AL PRIMER TRIMESTRE

Ante el tsunami Lópezobradorista que llevó en la cresta a la gran mayoría de los candidatos de morena hasta ponerlos los cargos a los que aspiraban, tomó desprevenidos no solo a electores sino también a muchos de ellos, los electos, que, al día de hoy, es decir a más de tres meses, varios no dan pie con bola en esto de la política o llamada cosa pública, tal y como lo estamos viendo en el Poder legislativo local con la fracción mayoritaria de morena y en los ayuntamientos, cuyos gobiernos municipales están integrados por esa misma filiación partidista.

En orden alfabético y para empezar tenemos Armería, donde morena es gobierno y en el que su alcalde, el buen Chava Bueno, se ve con más ganas de aventar la toalla y regresarse a sus negocios que seguir con las broncas que ha venido enfrentando su administración aunado a un equipo que poco ayuda. En Colima, ahora con un gobierno que se estrena con movimiento ciudadano (MC), luego de la tradicional alternancia PRI-PAN, vemos de nueva cuenta en la presidencia a Leoncio Morán, ahora con un perfil más enfocado, lo que es bueno para él y para el municipio al transitar en una gestión sin sobresaltos y en la que se hace lo que se tiene qué hacer cuando se debe hacer.

Comala, como municipalidad, aparenta ir bien encaminada con un Donaldo Zúñiga que con el blanquiazul en el pecho dio continuidad a la alternancia PRI-PAN y se ve que en este tiempo en el que el ahora edil estuvo apartado de los reflectores políticos después de la diputación local, ganó tablas administrativas llevando su gestión por los caminos que la lógica obligan y el buen entendimiento comprometen. Coquimatlán fue uno de los dos municipios que ganó el PRI, ahí el médico Lupe Benavides, alejado de grillas se afana en convertir al municipio chigüilinero en un escenario cultural afianzándolo con festivales artísticos, eventos a los que gente de los municipios vecinos y los lugareños cada vez más se acercan, faltando sólo la reciprocidad del comercio local para que se vincule y aproveche el flujo de visitantes.      

En Cuauhtémoc, Rafael Mendoza no hace olas con el mea culpa que al parecer lo tiene sin hacer ruido, quizá sólo esperando terminar bien esta segunda oportunidad que de manera consecutiva le dieron los cuauhtemenses para que por el blanquiazul siguiera encabezando al municipio cañero. Otro que repite alcaldía, aunque alternada, es Carlos Carrazco, en Ixtlahuacán, donde luego de haber llegado por el PRI en el 2015, esta vez lo hizo con MORENA, para decir que de los cuatro ediles que comparten estas siglas, él, hasta hoy, es el que mejor librado ha salido, en mucho, hay que decirlo, gracias al buen trabajo realizado por sus antecesores: Crispín Gutiérrez (qepd) y quien lo sucedió en el cargo, Blanca Estela Acevedo, para que recibiera un municipio estable en sus finanzas, con obra y sin problemas.

Tecomán, con el hijo y homónimo del bien recordado Elías Lozano Merino, no ha ido del todo bien, no como cuando aquel gobernara al municipio iguanero dejando un buen recuerdo, aunque ¡claro! eran otros los tiempos y ni la sociedad ni el sindicato eran lo que son hoy; no obstante, confío en que Elías Lozano Ochoa saque la casta y muestre de lo que está hecho. Manzanillo es un caso aparte con Griselda Martínez, su alcaldesa, quizá la más sorprendida ante el inusitado triunfo al que la llevó López Obrador con morena, pues hasta hoy no ha mostrado corresponder al municipio más habitado, el más extenso y el de las más altas expectativas económicas del Estado, esperemos a ver si más adelante también nos sorprende. Con todo esto, en Villa de Álvarez se ve lo contrario con un alcalde, Felipe Cruz, que por tercera vez ocupa la silla del primer munícipe, ahora con el partido naranja (MC), puesto que nada como pez en el agua soportado por un buen equipo de trabajo que lo respalda para que él se muestre con oficio y solvencia en el arte de gobernar.