COTIDIANIDAD

Administrador Colimapm | Opinión | 11/01/2019

POR: Armando Polanco

Recuerdo que todas las puertas y ventanas de las casas estaban altas, inalcanzables para mí, vivíamos entonces en la vecindad de Pablo Polanco en uno de los cuartos que dan hacia la calle, al fondo del pasillo había más cuartos. El techo era de lámina de asbesto y con los comales prendidos, negocio de tortillas de mi madre todo ardía en la casa, las paredes, el piso, las camas, las sillas, el ropero, el tocadisco, todo. En ese cuarto llegaron a asustarnos, se escuchaban ruidos como enormes piedras cayendo sobre nosotros, se veían sombras cruzando de pared a pared, cosas movidas de lugar a otro o sutiles llantos de un niño, nos despertaban en la noche.

Frente a la vecindad vivían los Rosales, don José y su esposa Consuelo con sus hijos, amigos de la infancia con quienes jugaba en aquellas calles sin empedrar, sin carros, sin peligros. Cuando iba a buscarlos me agarraba fuerte de la puerta metálica, empujaba la ventana y descubría con infantil asombro mi mayor alegría: la televisión prendida, así que pelincado en el quicio de la puerta observaba maravillado aquellas imágenes en movimiento.

Don José siempre estaba ocupado tocando su guitarra y haciendo anotaciones, doña Consuelo iba y venía en su cocina. Aquella casa tenía muchas plantas de ornato, unas colgantes, otras en maceta, otras en el piso, otras alrededor de la pila con agua y doña Consuelo yendo de allá para acá en la cocina.

Con el tiempo compartí el gusto por las letras y don José fue uno de mis informantes en mi trabajo de investigar la historia de mi pueblo, él también publicó sencillo librito con similar temática, además de compositor musical. Don José falleció con el gusto por la literatura, la música además de entregarse por completo a la docencia. Su hijo Armando, mi tocayo una mañana despertó cansado, así le dijo a su esposa Lesbia y volvió a quedar dormido para siempre.

Este día anuncian el fallecimiento de doña Consuelo, su deceso me llevó a ordenar pedazos de tiempos en mi infancia. Descanse en paz.