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Hace historia en el deporte Efraín Virgen

JULIÁN AGUILAR | Deportes | 09/11/2018

*Ha sido entrenador de futbol, baloncesto y handball *El año pasado ingresó al Salón de la Fama *Primer colimense en jugar en la LIMEBA *Participó con Limoneros de Colima en CIMEBA

La sala de su casa muestra su último reconocimiento: su ingreso al Salón de la Fama, con lo que su trayectoria quedará en la historia deportiva del estado de Colima. Efraín Virgen Ramírez, mejor conocido como El Clavo, nunca imaginó que el deporte le daría muchas satisfacciones a lo largo de su vida. Un balón siempre ha estado alrededor suyo, en ocasiones de baloncesto, y otras veces de futbol. Efraín Virgen inició a jugar futbol con el equipo Real Manrique, su entrenador fue Francisco Leal.

Posteriormente, gracias a una invitación de José Ángel Álvarez Beltrán, incursiona en el baloncesto. Su primer equipo en el deporte ráfaga fue con la Federación de Estudiantes Colimenses (FEC), ahí conoció a Hugo Schulte, Mario Alcaraz, Jorge Gutiérrez Gallardo, Vicente Rodríguez, Francisco Ávalos, entre otros jugadores, quienes lo arroparon y le enseñaron los fundamentos del baloncesto. Gustavo Solórzano fue su primer entrenador formal, quien le reforzó sus conocimientos y lo motivó a entrenar constantemente.

A partir de ahí, Efraín destacó en torneos estudiantiles. Al verle aptitudes en la duela, el profesor Rafael Navarrete lo invita a seguir sus estudios en Chihuahua, sin embargo, el papá de Efraín no le permitió irse, por lo que continúo su formación académica en Colima. Participando en la Liga Municipal, era constante que Efraín tuviera emocionantes juegos con su equipo en la memorable cancha Andrés Figueroa, así como en el auditorio de la Morelos, principales escenarios para el baloncesto en Colima. “En gran parte de mi vida, combiné el futbol y el basquetbol, pero donde obtuve más recompensas fue en el basquetbol, ya que en la categoría Juvenil representé a mi estado. Posteriormente, formé parte de Loros, Académicos y Limoneros de Colima”, recordó el destacado deportista.

DECIDE ESTUDIAR EDUCACIÓN FÍSICA

Al concluir su bachillerato, consciente de que el deporte sería parte de su vida, decide estudiar Educación Física. Sin embargo, al no existir esa licenciatura en el estado de Colima, opta por irse a estudiar a León, Guanajuato, donde su vida daría un cambio radical. Su carrera de estudiante no fue fácil, debido a que tenía que combinar sus clases con tareas y trabajos. Asimismo, debía entrenar todos los días para conservar su nivel deportivo. Con poco dinero y muchos gastos, aprendió el oficio de árbitro de basquetbol. Arbitraba en la liga leonesa por las noches y fines de semana: “dicho trabajo me permitió subsanar los gastos que tenía en esa época, debido a que el dinero que me enviaban mis padres no era suficiente”, aseguró Efraín Virgen.

En 1983, Efraín es invitado a formar parte del equipo Destroyer de León, que participaría en la Liga Mexicana de Basquetbol (Limeba), siendo así el primer colimense en esta liga. Su habilidad en la duela, hace que sea titular indiscutible en su equipo. Posteriormente, al llegar el Limeba a Colima, se enrolaría con las escuadras de Loros de la Universidad de Colima y Académicos, respectivamente. Ahí coincide con jugadores locales y nacionales de renombre, como Óscar El Diablo Castellanos, que fue su compañero con Académicos. “A mi madre le debo agradecer lo que soy hoy en día. La amé y la amo. Fue un gran soporte para terminar mi carrera, sufrió mucho por el alcoholismo de mi padre, sin embargo, siempre se preocupó por nosotros para que no nos faltara qué comer”.

SU REGRESO A COLIMA

Tras cuatro años intensos en León, Efraín regresa a Colima con la intención de enseñar sus conocimientos a sus futuros alumnos. Sus primeras clases fueron en Armería y Villa de Álvarez. Posteriormente, en Colima, donde los alumnos del Colegio Anáhuac se mostraron receptivos a las enseñanzas y reglas de varios deportes, en especial de uno, el baloncesto. Apoyándose con el pizarrón, Efraín explicaba cómo el canadiense James Naismith había inventado el deporte ráfaga. Ya en la cancha, mostraba las bases para un buen funcionamiento en la duela. Entusiasmado por los avances de los incipientes jugadores, los inscribió en una liga infantil, donde conseguirían un subcampeonato en su primera temporada.

Asimismo, él continuaba jugado en la liga de Primera Fuerza con el equipo de la Universidad de Colima, pero estaba cerca el profesionalismo en su carrera. Como un premio a su esfuerzo y constancia, en 1988 recibe la invitación para enrolarse con los Limoneros de Colima, que participaban en la mejor liga de baloncesto de México: el Circuito Mexicano de Baloncesto (Cimeba). Con un auditorio de la Unidad Deportiva Morelos repleto, Efraín aprovechaba los minutos que le daba el estratega para sumar puntos y asistencias.

Era el movedor suplente de Limoneros, sólo detrás de Dwaine Polee, que lo apoyaba en todo momento. Era habitual que los colimenses gritaran su nombre para que Joe Clark lo mandara a la duela. En ocasiones, salía de gira con el equipo a Chihuahua, Guadalajara, Morelia y Durango, entre otras ciudades. Debía combinar la docencia, con arduos entrenamientos y salidas con el equipo. Estaba en el mejor momento de su carrera deportiva, pero al final de la temporada toma una decisión importante, elige salir de Limoneros para enfocarse a dar clases y a jugar localmente.

La década de los 80 fue una etapa de claroscuros para él, pierde a su mamá y conoce a Teresita de Jesús Bribiesca León, quien se convertiría más adelante en su esposa. De dicha unión, nacerían sus tres hijos, Jorge Efraín, Christie Teresa y Teresa, a los cuales, les inculcaría su pasión por el deporte y el respeto entre ellos.    

SU CONSOLIDACIÓN COMO ENTRENADOR

Con experiencia como jugador y maestro, tendría múltiples opciones de trabajo en diferentes escuelas del estado. Fue docente en la secundaria Enrique Corona Morfín y en el Colegio Campoverde en ese lapso. Los equipos de dichas instituciones educativas, destacarían en torneos juveniles de baloncesto. Sin embargo, el futbol, lo llevaría a participar en torneos internacionales. En el 2003, el equipo de la primaria Miguel Hidalgo, quedaría campeón nacional del Torneo Futbolito Bimbo, por lo que tendrían que viajar a Orlando, Florida, a disputar un partido internacional.

Debido a los resultados obtenidos, Efraín Virgen Ramírez sería designado como el Mejor entrenador de la etapa nacional. Asimismo, el equipo recibiría el Premio Fair Play. El siguiente año también sería exitoso para el equipo, pues repetiría dichos logros en la justa nacional. Para él fue muy emocionante viajar con sus alumnos a Estados Unidos, pues era el sueño de todos ellos. “Durante 30 años he tenido muchas satisfacciones personales, la principal, recibir el reconocimiento y amistad de mis compañeros de trabajo, la confianza de los padres de familia, el cariño y respeto de mis alumnos”.      

Efraín Virgen se ha desempeñado como entrenador de futbol, basquetbol y handball en Olimpiadas Nacionales. Actualmente, continúa trabajando como docente y apoyando al deporte ráfaga desde varios ángulos. Su máximo deseo es que regrese el baloncesto profesional a Colima. La sala de su casa continuará esperando por más reconocimientos a su trayectoria deportiva.  

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