“El camino de la Universidad es siempre tratar de ser mejores, y bienvenidos los críticos que aporten ideas y soluciones al desarrollo de la institución; bienvenidos los apoyos de todos”, expresó el rector de la Universidad de Colima, Miguel Ángel Aguayo López, en entrevista radiofónica concedida ayer, donde también llamó a los estudiantes al diálogo y afirmó que es respetuoso de todas las opiniones y que reconoce el trabajo que en su momento hicieron los anteriores rectores.
Luego de que dos jóvenes resultaran lastimados en el reciente Congreso de la Federación de Estudiantes Colimenses, y de que hubiera algunas especulaciones en la prensa al respecto, Aguayo López fue contundente al decir que en la Universidad “no hay ningún porro, que el conflicto fue exclusivamente entre estudiantes” y que se debe dejar la responsabilidad de resolverlo a la inteligencia de los jóvenes, “por un lado a Luis Fernando Mancilla y por el otro los inconformes”
En entrevista concedida al periodista Max Cortés Hizo también un reconocimiento al trabajo maduro y comprometido de todos cada uno de los estudiantes, de todos y cada unos de los trabajadores de la institución en medio de este clima, “que no ha afectado ni el trabajo ni el estudio en la institución”.
Respecto al Congreso de la FEC, el rector dijo que allí se dio una disputa por la diversidad de opiniones y descartó cualquier intromisión extraña dentro de la FEC. Añadió que es saludable que se den este tipo de discusiones, “siempre y cuando vayan dentro de un marco de civilidad; lo lamentable son los golpes entre un grupo y otro de estudiantes. Estoy preocupado por eso”.
Ahora, abundó, lo que importa es buscar los consensos. “Aquí apelo por un lado a la madurez de Luis Fernando Mancilla, de reconocer si hubo errores, y que tenga la tolerancia y la humildad para aceptarlo, y por otro lado de los estudiantes que están inconformes”.
Respecto a otras opiniones expresadas sobre la U de C, el rector manifestó que todo mundo tiene derecho a expresarse, “Por ejemplo, se afirmó que contradije al gobernador; absolutamente para nada. Con el gobernador tengo, y hay que decirlo con todas las palabras, una excelente relación y hay una alianza entre la Universidad y el Gobierno del Estado para cumplir fines y objetivos. Pero tampoco pienso igual que él; tengo mi punto de vista desde mi trinchera en la Universidad y él tiene el suyo como estadista, como el ejecutivo del estado”.
De la labor de los rectores anteriores, Aguayo López comentó que lo que se busca es una armonía para seguir trabajando y avanzando y que a nadie se le regatean los méritos. “Todos los rectores, desde Alberto Herrera, Humberto Silva, Moreno Peña, el doctor Salazar, cada uno puso un granito de arena para construir esto que ahora tenemos. Me ha tocado ir coordinando los esfuerzos para un posicionamiento académico de la institución. Nos hacen falta hacer cosas para ser una universidad de clase mundial, pero éste es el camino; el camino de la Universidad es siempre tratar de ser mejores, y bienvenidos los críticos que aporten ideas y soluciones para el desarrollo de la Universidad; bienvenidos los apoyos de todos”.
Sobre la sucesión rectoral expresó que “hoy lo que creo que se busca es ir posicionando a tal o cual persona, pero aún me quedan un año ocho meses de rector y espero concluir en forma tranquila, ordenada y con una transición pacífica hacia el sucesor o sucesora que designen los universitarios. Es una decisión que se toma dentro de la institución, puesto que gozamos de una autonomía responsable y tenemos nuestros propios órganos de gobierno”.
En otro tema, dijo que “con los trabajadores hemos mantenido una relación sana de respecto y en ese sentido vamos a continuar. Yo he tenido una visión muy clara del quehacer de la rectoría, de apoyar siempre el beneficio de la clase trabajadora y así lo he demostrado con hechos. Si empezamos a sacar cuentas, creo que en este rectorado los trabajadores han tenido más beneficios laborales que en cualquier otro periodo rectoral”.
A manera de conclusión, “pidió a los estudiantes que tengan esa disponibilidad, esa mente abierta para dialogar con tolerancia y con humildad; ojalá y lleguen a consensos y a propuestas. Creo que tendremos que dejar a la inteligencia y a la madurez de los jóvenes la solución de ese problema. En la medida que tengamos una juventud que se dedique a estudiar en espacios democráticos y
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