PUNTO (.) ROJO

Administrador Colimapm | Opinión | 27/08/2018

POR: J. Baldomero Díaz Gaytán

SAN PEDRITO… LO INÚTIL VICIANDO A LO ÚTIL

ESTE DÍA, CLARO QUE SÍ MANDO POSTDATAS

Nos tardamos 30 años pidiendo que el Gobierno Federal construyera una obra que permitiera sacar al ferrocarril de la zona del Centro Histórico. Se gastaron más de dos mil millones de pesos en la construcción de un túnel que permitió liberar el famoso crucero de El Tajo y, como efecto colateral, se incrementa de manera importante el movimiento de contenedores en el recinto portuario.

Como parte del paquete de obras del proyecto se edificó un puente vial que permite a miles de personas, todos los días, evitar el famoso crucero de la colonia San Pedrito. Los números dicen que al día, son poco más de 50 mil los vehículos que transitan por ese puente. Se están cumpliendo los objetivos para los que fue construido el famoso concepto conocido como Portal API. La prueba es que el 90% de la gente de Manzanillo se muestra satisfecha por la funcionalidad del túnel y del distribuidor vial.

Pero algo anda mal en nuestra cultura urbana. En Manzanillo estamos acostumbrados a que lo inútil vicie a la útil. Es una historia que hemos visto muchas veces: Hace 15 años, cuando se construyeron las Plazas del Pez Vela y la Juárez, los comerciantes del Centro Histórico organizaron marchas y manifestaciones, quejándose del atraso en los trabajos.

Hay que recordar también cómo hubo quejas cuando se construían los puentes viales del Barrio I del Valle de Las Garzas. Y cómo olvidar que hace unos meses, los colonos de la Alameda se opusieron al dragado del vaso lacustre de la Laguna de Cuyutlán. Y en el boulevard Miguel de la Madrid, los comerciantes también se inconformaron cuando los carriles centrales de esa arteria vial fueron colados con concreto hidráulico.

En pocas palabras, se volvió una cultura el que los ciudadanos protesten de todo y por todo en contra de las obras que se ejecutan en favor del beneficio colectivo. Queda la sospecha de que muchas de esas quejas son promovidas e impulsadas desde el poder político municipal, o desde las entrañas de los partidos políticos, porque se entiende, la mayoría de las protestas ciudadanas en contra de las obras de alto impacto, han sido aplacadas con la negociación de las llamadas obras compensatorias. Suena complicado comprenderlo, pero muchas de las protestas callejeras han sido, hay que escribirlo como es, chantajes para obtener recursos de las diferentes dependencias del Gobierno Federal.

En el tema que nos ocupa el día de hoy, el de la inconformidad de los habitantes de las colonias San Pedrito y Burócrata, sin duda es legítimo. Pero me parece que se están equivocando de destinatarios: Primero, quien autorizó la construcción del túnel ferroviario y el puente vial fue el Ayuntamiento a través del Instituto Municipal de Planeación. Esos planos, los del puente y los del túnel, fueron aprobados por los regidores del Cabildo. Y segundo, un dato que no ha sido publicado en los medios: El Gobierno Federal, a través de la SCT, compró los terrenos en donde se construyó el puente vial, y por esa compra–venta, ingresaron al municipio 22 millones de pesos. En consecuencia, cada uno de los más de 10 mil metros cuadrados que conforman ese complejo vial ya no son propiedad del municipio, son del Gobierno de la República.

Me queda la impresión de que las autoridades se están ahogando en un vaso de agua. Todo es cuestión de la Secretaría de Movilidad diseñe las rutas de transporte público de una manera que convenga a los usuarios, no a los concesionarios de las unidades de transporte. Los dueños de los camiones tienen la obligación de atender las necesidades del ciudadano, no los usuarios tienen que adecuarse a los caprichos de los choferes y de los dueños de las unidades de transporte público.

Este es un tema de carácter jurídico y en consecuencia de legalidad. El Gobierno Federal compró el terreno en donde se construyó el puente vial y por consiguiente, ellos pueden hacer con las vialidades lo que responda a sus intereses. Es problema de los ciudadanos el cuestionar al Ayuntamiento de por qué no defendió el patrimonio público.

Pero en fin, el tema de las obras de San Pedrito una vez más confirma que en Manzanillo, se convirtió en parte de la cultura urbana, en que lo inútil vicie a lo útil. Y todo ello, como parte de un señuelo orquestado para obtener algunas obras compensatorias. Una mala costumbre que se ha convertido en regla en nuestro sistema político local.

MIS POSTDATAS DE ESTE DÍA

P. D. 1.- Gabriela Benavides acudió al Senado de la República a presentar sus cartas credenciales como futura integrante de la Cámara Alta del Congreso de la Unión. Le tocó un tiempo político complicado; sin embargo, Benavides es de las pocas sobrevivientes al maremoto que devastó la geografía política de Colima el pasado primero de julio.

P. D. 2.- Hace unos días, Griselda Martínez se reunió con algunos de los que serán sus principales operadores políticos. Y uno de ellos le preguntó: ¿Alcaldesa, está usted lista para tomar posesión el 15 de octubre? Transcribo de manera íntegra su respuesta: “No se confundan, estoy lista desde el día en que nací”. Sin comentarios.

P. D. 3.- El jueves de la semana pasada, en un conocido restaurante de Manzanillo, se reunieron varios de los hombres fuertes de la economía portuaria. Y ahí aterrizaron en una conclusión: Dicen que elaborarán una encuesta para ver a quién apoyarán con recursos en el camino hacia la gubernatura en las elecciones del 2021.

P. D. 4.- El sábado por la noche, Héctor Insúa, actual alcalde de Colima, se reunió con varios de sus aliados políticos y ahí les dijo, textual: “Hay que estar atentos a lo que sucederá en los próximos días, pero de una vez les digo: Prepárense para una nueva elección, porque se va a anular la del pasado primero de julio por la Presidencia Municipal de Colima”.

Y ni una línea más.