EL GESTO DE JLP
La reunión que sostuvieron hace aproximadamente una semana Ignacio Peralta y Jorge Luis Preciado, en palacio de gobierno, es una clara definición de política, entendida ésta como la vía para resolver asuntos, dejando de lado los disensos partidistas en favor del bien común.
En este caso, el bien común es la defensa de los más de 3 mil millones de pesos presupuestados por el gobierno del estado para programas sociales y obras de infraestructura, cuyo impacto es positivo para la sociedad colimense y que se esperan ejercer en el 2019.
Por eso el gesto de Jorge Luis (adversario de Ignacio Peralta durante la campaña ordinaria y extraordinaria por la gubernatura) adquiere relevancia en la actual tesitura política, cuando estamos en un momento poselectoral electrizado con una mayor beligerancia y polarización que, incluso, en los momentos más álgidos de la contienda electoral.
Reitero: parece que estamos aún en campaña, y esta percepción se refuerza cuando sólo dos de cinco diputados federales electos acuden a Palacio de Gobierno, donde se analizaba la propuesta del gobierno estatal para el Presupuesto de Egresos de la Federación, un tema de gran trascendencia para los colimenses.
Sostengo: pareciera que aún estamos en campaña porque el presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha dado señales inequívocas de partidismo, al definir de coordinadores estatal a figuras de Morena que perdieron en la pasada contienda electoral, y lo hace precisamente en los estados donde fueron derrotados.
Lo anterior no sólo genera una desestabilidad política, sino democrática, pues estas figuras tendrán un poder plenipotenciario, en especial cuando ya dijo AMLO que el dinero federal no pasará ni por los municipios y, mucho menos, por los gobernadores. De esa forma se crea un paralelismo entre los coordinadores estatales y los gobernadores.
Y es que todo el financiamiento, el recurso, el dinero lo manejarán quienes fungirán como coordinadores estales, figura que a diferencia de los gobernadores no los eligieron la ciudadanía, a través del sufragio, sino que fueron designados por Andrés Manuel por la soberana libertad de su dedo.
En esa lógica, cualquier acción de quienes fungirán como coordinadores se entenderá como un acto electoral, con el objetivo claro de construir la plataforma para volver a competir por la gubernatura, particularmente en el caso de Delfina Gómez, en el Estado de México; Judit Díaz, en Nuevo León; Carlos Lomelí, en Jalisco; Joaquín Díaz Mena, en Yucatán; Pablo Sandoval, en Guerrero; y Lorena Cuéllar en Tlaxcala.
Por otro lado, en la próxima legislatura, el congreso tendrá una mayoría aplastante de un partido que da visos, en su interior, de una profunda división y confrontación entre sus grupos, los cuales pugnan por el control de Morena. Trabajo peliagudo el del ejecutivo estatal es dialogar con un partido cuyos propios integrantes no se ponen de acuerdo.
Ante este escenario de incertidumbre y confrontación, el beneficio de Colima debe imperar y superponerse a los intereses partidistas. Jorge Luis así lo entendió y, con ese acto de civilidad política, demostró que incluso los antagonismos más fuertes pueden superarse con diálogo, en especial si el interés superior es el de los colimenses.
DOS PUNTOS
Ingente es el esfuerzo de la Universidad de Colima al aceptar más de 9 mil estudiantes de nuevo ingreso, tanto en el nivel bachillerato, licenciatura, maestría y doctorado. Es indispensable que en la próxima reunión con AMLO, en su calidad de presidente electo, se le haga un planteamiento puntual de la importancia de apoyar a las universidades públicas, en especial la máxima casa de estudios del estado.
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A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
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