OLIMPIADA DEL CONOCIMIENTO Y LA VISITA A LOS PINOS
La semana pasada se llevó a cabo la premiación a los ganadores de la Olimpiada del Conocimiento, evento que me emociona, conozca o no a los niños ganadores, pues sé que es una experiencia que marcará por siempre sus recuerdos. En 1987 tuve la fortuna de ir a ese viaje como alumna seleccionada por el estado de Colima. Fui a Los Pinos y saludé, en aquel entonces, al presidente Miguel de la Madrid Hurtado. En aquél viaje solamente irían los 15 primeros lugares; pero por fortuna del destino, meses antes de la ida, el Lic. Miguel de la Madrid visitó Colima por algún evento que no recuerdo y en la escuela República Argentina hubo una ceremonia, en la cual, entre otras cosas, se le pidió que todos los 27 niños ganadores representantes de todas las zonas escolares de Colima tuvieran, por ese año, la oportunidad de ir al viaje. El Presidente dijo: sí. Y el mundo sonrió para los 27. Fue un sueño, del cual todavía no me repongo. Fue una semana de felicidad completa: hospedaje en el Colegio Militar, recepción de bienvenida, cena de gala de despedida, paseos, museos, teatros, parques temáticos, medallas, uniformes y libros de regalo así como la visita a Los Pinos como visitantes distinguidos (y además paisanos del señor presidente). Es un premio que me alegra se siga conservando y desearía que ahora que está en boga la reducción de sueldos a altos funcionarios, se hiciera un “apartadito” y se destinara a este tipo de actividades, pues creo que la niñez necesita ser más incentivada, no solamente unos cuantos de los altos promedios, sino todos los altos promedios de cada Estado, y también los que sobresalgan en deportes, en artes, en valores. Que la niñez de educación básica se dé cuenta que sus esfuerzos valen y son reconocidos. Que el país entero se vuelque en la niñez y que en las escuelas haya un presupuesto intocable destinado solamente para estímulos y reconocimientos al alumnado: que se reconozca, por ejemplo, al niño que sobresale en algún deporte o disciplina aunque sea una actividad que realiza externamente a la escuela, pero por la cual, su comunidad escolar debe sentirse orgullosa, se le publique al menos en el periódico mural y se le dé un premio. O a aquel niño o niña que aunque no es de grandes resultados, es de gran dedicación, pues también otro reconocimiento y así muchos ejemplos y estímulos y reconocimientos más.
La Olimpiada del Conocimiento 2018, premió a los mejores mil estudiantes de sexto grado pertenecientes tanto a escuelas públicas y particulares, urbanas, indígenas y rurales. Sin duda todos estos niños merecen eso y más, pero me alegra doblemente que 400 alumnos que estudian su primaria gracias al CONAFE (subsistema que atiende a la población escolar que vive en condiciones rurales de menos de 2,500 habitantes en zonas de alta y muy alta marginación) llegaron también a la etapa final del concurso, aunque sólo 35 de ellos superaron la etapa nacional, por lo que estos 35 fueron parte de esos mil que acudieron al acto oficial que encabezó Peña Nieto. Me hubiera gustado mucho que el presidente hubiera “echado la casa por la ventana” y que esos 400 hubieran sido también premiados, e incluso sus maestros, pues ser maestro o alumno de CONAFE es un rol que merece ser, mayormente reconocido.
www.facebook.com/blanca.f.gongora
Total de Visitas 205263430
A partir del Lunes 11 de Abril de 2011
Desarrollada por HMH Sistemas
Template by OS Templates