CUIDADO CON LAS IDEAS DE ANDRÉS MANUEL SOBRE DESCONCENTRAR AL GOBIERNO

Administrador Colimapm | Opinión | 17/07/2018

POR: Guillermo Montelón Nava

La idea de sacar a la mayoría de las secretarías y dependencias del gobierno federal de la capital del país si bien parece buena, requiere de un minucioso análisis y de una cuidadosa planeación, además de considerar el alto costo que ello habrá de representar no solo económico sino político y social, pues se trata de afectar a miles de familias y de generar una serie de situaciones que, en lugar de beneficiar, pueden afectar al país.

Por lo pronto es un alivio saber que esta desconcentración se hará de manera paulatina dentro de los 6 años que comprenderá el próximo gobierno, si es que no ocurre otra cosa, porque aún hay muchas preguntas, dudas e incertidumbres sobre lo que será la próxima administración federal.

El hecho de que salgan de la ciudad de México la mayoría de las Secretarías, distribuyéndolas en los estados del país, lo primero que ocasionará es un trastorno desequilibrio e inestabilidad entre los trabajadores y sus familias, quienes tendrán que irse a vivir a donde les toque, tendrán que rentar o comprar una casa, reubicar a sus hijos en las escuelas realizar una serie de gastos y en el mejor de los casos, que el trabajador se traslade, al menos cada semana a su lugar de empleo. Eso por lo que hace a los trabajadores.

Pero las propias dependencias tendrán que realzar un cuantioso gasto en encontrar edificios para rentarlo o adquirirlo mediante compra, quizá un terreno donde puedan construir y desde luego todo lo que habrá de implicar el traslado de equipos, almacenes, mobiliario y archivos, entre muchas otras cosas, además del tiempo que eso se llevará con el consecuente impacto negativo en la atención de los asuntos que se vayan presentando.

Por otra parte, debe considerarse que algunas dependencias son muy grandes en cuanto al número de áreas y de personal que labora en ellas. Tan solo en el caso de la Secretaría de Educación Pública que se dice sería la primera en salir de la ciudad de México, se habla de aproximadamente 17 mil trabajadores que tendrían que reubicarse en la ciudad de Puebla y ante un fenómeno de esa naturaleza, como ya ocurrió en Aguascalientes en los 80, seguramente se provocará un alza en las rentas, en los costos de la vivienda, colegiaturas y otros insumos o servicios. Y eso que en aquel entonces se trató del INEGI, una dependencia pequeña en aquellos años.

Otra idea preocupante también es la que se refiere a la desaparición de las Delegaciones Federales, un tema igualmente muy escabroso porque se trata de centrar el poder en una sola persona respecto a la coordinación de todo lo que deben atender las diversas dependencias y si bien parece una buena idea para ahorrar en gasto burocrático, habría que ver el tema de la eficiencia, las cuestiones políticas en la relación con los estados y municipios, además de que ello también habrá de requerir mucho cuidado en la planeación, en el diseño de una adecuado estructura y en control en los excesos de poder que pudieran propiciarse.

Por supuesto, es de esperar que todo ello pase antes por una adecuación de la Ley Federal de la Administración Pública y también por una larga negociación con los sindicatos por todo lo que implica en lo laboral, a lo que quizá tenga que agregarse un programa de retiro voluntario debidamente negociado, estructurado y planeado en sus formas tiempos y procesos. No será pues nada fácil lo que se quiere hacer, así que habrá que esperar antes de juzgar, porque lo que sí es cierto es que el próximo gobierno habrá de toparse con una realidad difícil de superar y que en los hechos, no será lo mismo que prometer.