PUNTO (.) ROJO

Administrador Colimapm | Opinión | 21/06/2018

POR: J. Baldomero Díaz Gaytán
MANZANILLO… LA MAQUINARIA FUNCIONA CON $$$
ESTE DÍA, DESDE LUEGO QUE SÍ MANDO POSTDATAS
Manzanillo es, por mucho, el municipio más politizado del estado, por ende, están politizados los electores. En el municipio porteño, los ciudadanos saben lo que vale su voto. Por eso, en todos los análisis hemos coincidido en que Manzanillo es un tianguis democrático, en donde los votantes saben el valor de su sufragio, pero algo más importante, aprendieron a comercializar su voto con los miembros de la llamada clase política.
El elector de Manzanillo aprendió a moverse en el tablero democrático del ganar-ganar. Por eso, los políticos ya entendieron que la forma de mantenerse en el poder es compartiendo las rebanadas de pastel con los líderes de seccionales, los coordinadores de zona, los movilizadores de votos. Por eso, los liderazgos políticos de la región parecen eternos; Martha Sosa, Nabor Ochoa, Virgilio Mendoza, Francisco Zepeda, Gabriela Benavides y Gabriela Sevilla, so se desvanecen, porque crearon una estructura que funciona con base en los fundamentos de la economía, no a las reglas básicas de la política.
En la historia encontramos que todos han aprendido de todos. Virgilio Mendoza es hijo político de Nabor Ochoa. Y el hijo de doña Niño llegó al poder gracias al amadrinamiento de Martha Sosa. “Pico” Zepeda llegó a la diputación federal cuando fue empujado por Ochoa López. Y Gabriela Benavides es hija política de Mendoza. Gabriela Sevilla siempre ha estado cobijada por el manto político de Sosa. Imposible descifrar el árbol de la genealogía política de Manzanillo, pero imposible también deslindar a unos de otros, todos tienen, sin duda, las mismas células de ADN político.
Las estructuras políticas y ciudadanas siempre han sido las mismas: Los de Martha Sosa apoyaron en su momento a Nabor Ochoa. Las huestes de Nabor hicieron gobernante a Virgilio Mendoza. La gente de Virgilio hizo presidenta municipal a Gabriela Benavides. Los amigos de Martha han hecho dos veces diputada a Gabriela Sevilla. Los movilizadores de Sevilla siempre han apoyado a Martha. Y así sucesivamente, la democracia en Manzanillo se sustenta en las alianzas que a veces son incomprensibles, pero son, electoralmente, funcionales.
Hay ocasiones en que los “sutanitos” se unen para hacer ganar a los “fulanitos”. Pero también hay ocasiones en que los “manganitos” se unen para que los “sutanitos” no lleguen al poder. No se entiende la democracia en Manzanillo, no al menos, desde el comportamiento de los políticos.
Pero lo que sí se entiende es la actitud y el comportamiento de los electores. Repito la frase, en Manzanillo, es el único punto del estado en donde los ciudadanos aprendieron que con su voto, pueden ser parte de las burbujas del poder. Los ciudadanos aprendieron a cobrar por los favores electorales, y los políticos se acostumbraron a pagar por esos favores. Esa es la compleja, pero al mismo tiempo, simple ecuación que refleja la forma en la que funciona la política en el puerto. Y es un fenómeno que no se ve en ninguna otra parte de Colima. Por eso, aquí existe una clase política dominante, pero también encontramos, en contraparte, una clase de ciudadanos dominantes.
Y… ¿cómo se logra ese extraño pero funcional mosaico entre políticos y ciudadanos? Muy fácil: El votante, el líder de colonia, el dirigente de seccional, busca integrarse a los grupos de poder que tienen posibilidades de victoria. Por eso, en Manzanillo, en la tierra más politizada del estado de Colima, están muy definidos los grupos de poder: Nabor, Sosa, “Pico”, Virgilio, Benavides, Sevilla, todos ellos, invierten en la supervivencia de sus estructuras. Y eso los hace tener un mercado de votos cautivo. Por eso en Manzanillo la gente no ha atendido en los últimos 20 años los llamados al cambio. El votante no vive con sueños democráticos, el votante vive con el apoyo, con la despensa, con la beca, con la gestión, en pocas palabras, con lo que significa tener las llaves para abrir las puertas de la Presidencia Municipal. Y esas llaves sólo se obtienen con el acuerdo mutuo, el ganar-ganar, lo que convierte la relación en un ejemplo de lo que representa la complicidad política.
¿Y cómo apapachan los políticos a los generadores de votos? Simple, con recursos, con cash, con efectivo. No creo que el primero de julio, en estos tiempos de crisis, los ciudadanos le vayan a meter dinero de su bolsa para generar las condiciones de un cambio. Las máquinas del poder se mueve con recursos y por eso los seguidores del PAN, PRI y Verde van a la segura, porque saben que al final del día, ganando o perdiendo, les tocará una rebanada del jugoso pastel que representa el poder público.
Ese es el principal problema del Morena en Manzanillo a 15 días de la elección del 1º de julio. Ni Griselda Martínez, ni ninguno de los candidatos a diputados locales tienen trabajo de gestión social acreditado. Lanzar cacayacas, gritos y sombrerazos no es hacer política. Este elector, el de Manzanillo, está acostumbrado a firmar acuerdos sólidos, contantes y sonantes, pactos de beneficios mutuos.
¿Qué tiene para ofrecer Morena? Muy poco, creo que nada, ni siquiera la credibilidad de la palabra de la candidata a la Presidencia Municipal. Por eso, el proyecto se está cayendo en pedazos… Porque no entienden que las negociaciones con los ciudadanos se respaldan en los acuerdos de ganar-ganar, no en los sueños democráticos que elevan la adrenalina, pero que son poco rentables para las contiendas electorales.
De entrada, lo que ofreció Griselda Martínez suena a suicidio político: “Correr a la mitad de los empleados municipales y bajar los sueldos de los trabajadores del Ayuntamiento”. Sin comentarios, parece que Griselda se convirtió, en las últimas horas, en la peor enemiga de la propia Griselda. Por eso, como lo he dicho en los últimos días, la dirigencia de Morena ha tomado una decisión: Guardar a sus candidatos locales en el baúl de los recuerdos. Y es que, la conclusión es terrible: Si no suman, al menos que no rieguen el tepache.
MIS POSTDATAS DE ESTE DÍA
P. D. 1.- En el Distrito XI, Perla Palacios se ha despegado de sus adversarios políticos. Según nuestro pronóstico, tiene más del 65% de posibilidades de ser diputada local por la zona de Santiago.
P. D. 2.- En el Distrito XII, otra mujer, Leticia Parra, lleva mucha ventaja en las intenciones de voto. Según los pronósticos de “Punto (.) Rojo”, tiene 60% de posibilidades de ganar el 1º de julio.
P. D. 3.- Y en donde está durísima la contienda es en el Distrito XIII. Mis pronósticos son: Fernando Morán, 40% de posibilidades de victoria. Cristian Sánchez Cosío, 35% de probabilidades y Fernando Escamilla, 25%.
P. D. 4.- Y en el Distrito XIV, la elección se ha terciado: Todas las encuestas dicen que Gabriela Sevilla, Jorge Gaitán y Rogelio Salinas están empatados en la intención del voto. Creo que ahí el voto de la gente de Minatitlán puede definir la contienda. Y ni una línea más.