PARACAÍDAS

ROGELIO GUEDEA | Opinión | 19/04/2018

DE CAMINO A LA ALCALDÍA

En estas próximas elecciones se renovarán, además de legislaturas locales y federales, las alcaldías de nuestros diez municipios. No hay una sola que no sea importante, cada administración municipal es de suma trascendencia para la población que radica en ella, sin embargo hay municipios que por su geopolítica electoral advierten un mayor impacto para el porvenir de la entidad. Estos municipios son Colima, Tecomán, Villa de Álvarez y, por supuesto, Manzanillo. Las alcaldías de estas cuatro zonas electorales definen un rumbo específico dependiendo la labor política que marquen sus alcaldes. En las próximas elecciones se atisba una batalla significativa más que entre partidos hegemónicos entre candidatos, normalmente políticos que han tenido una trayectoria relevante en el servicio público local. En Colima, por ejemplo, la batalla ya no será entre PRI y PAN, como solía darse antiguamente, sino entre Héctor Insúa (candidato del Frente PAN- PRD) y Locho Morán (de Movimiento Ciudadano), un partido este último que alcanzó su consolidación (y eso nada más por la figura de Locho Morán) en las pasadas elecciones. Será una batalla dura y ahí se verá si el trabajo realizado hasta hoy por Hector Insúa se gratifica o se reprende. En Villa de Álvarez tal parece que la contienda se dará entre Felipe Cruz Calvario (de Movimiento Ciudadano), de quien todavía los villalvarenses guardan un grato recuerdo (de ahí que hubiera sido ya alcalde en dos ocasiones), y Héctor Magaña (del PRI- Verde Ecologista), quien también ha estado teniendo una presencia importante en La Villa, en gran parte por el espacio de oportunidad que le propició su trabajo como legislador. A Yulenny Cortez, de la coalición PAN-PRD, no parece que le vayan a ajustar las simpatías que todavía conserva en ciertos sectores para refrendar su administración otros tres años. En Manzanillo la disputa está, sin duda, entre dos que ya fueron alcaldes de nuestro importante puerto: Martha Sosa, de la alianza PAN-PRD, y Virgilio Mendoza, de la alianza PRI-PVEM. Martha Sosa es una mujer proba y de gran experiencia política, mientras que Virgilio Mendoza no ha dejado de estar envuelto en escándalos políticos y traiciones partidistas, pero no está de más decir que, independientemente de lo anterior, ha sido dos veces alcalde porteño y no es nada gratuito que así haya sido, es un político hábil y aguerrido. Tecomán, finalmente, el otrora municipio que brillaba como la capital mundial del limón, ha venido siendo reducido a ceniza. Malas administraciones y un sindicato voraz han terminado por paralizar su crecimiento. Esta contienda electoral se definirá entre dos candidatos: Eloísa Chavarrías (del PRI-PVEM) y Sergio “Chamuco” Anguiano (del PAN-PRD), a quien le pesarán los saldos negros que ha dejado lamentablemente la administración del carismático Lupillo García. Me da la impresión de que, por esta y otras razones que tienen que ver con el trabajo con la comunidad que ha realizado la maestra Chavarrías, es ésta quien se impondrá el próximo 1 de julio. Si  la ola lopezobradorista alcanza a permear de igual modo en los estados, dado el hartazgo que existe contra el PRI y en ocasiones contra la fórmula PRIAN, entonces cualquier pronóstico podría resultar inoperante, pero eso va a depender de qué tan bien estén los perfiles de Morena elegidos en los estados, ya que este partido parece haber reclutado en varios de ellos a lo peor del PAN, lo peor del PRI y lo peor del PRD. En Colima no todos son afortunados, muchos de sus candidatos fueron habilitados al vapor, de manera que es probable que el nuevo organigrama político municipal quede entre PRI-Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano y PAN-PRD, ya veremos cuál se pone a la cabeza de los municipios más representativos, pues, ya lo sabemos, el que despunte en los próximos comicios tendrá camino más ancho para la elección gubernamental en tres años.

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